Texto de la presentación del libro "Antonio Gades y el Cine", de Adolfo Dufour Andía, efectuada el 9 de julio de 2024 en la Academia de Cine:
· * Los
buenos libros vienen a ser como los hojaldres de diversas capas, donde se funde
cada una con otra de mejor sabor, como sucede en este libro. Un libro que
sostiene fehacientemente la idea básica de Adolfo Dufour, no antes muy aceptada,
de que, además de un bailaor y coreógrafo único, “Antonio Gades me parece un excelente actor. Conmueve, emociona,
siente, sabe estar en escena. Lástima de carrera tan corta en el cine”. Una
carrera de catorce títulos, comprendidos entre 1963, con “Los Tarantos”, y
1986, con su segundo “Amor Brujo”.
* El título del libro (editado por Atrapasueños), que parece tan sencillo, revela bien su contenido: no es una biografía de Antonio Gades, aunque contenga elementos biográficos, sino de su relación con el cine hasta sus últimos detalles, sin dejar ningún título fuera, por breve que fuera su aparición. Además, el texto aborda múltiples aspectos relativos al cine, la cultura y la sociedad española en general.
* Así, no solo de Gades y el cine habla el libro, también de cosas tan dispares, y que lo enriquecen, como de los vergonzantes pactos entre Estados Unidos y España a propósito de “En busca del amor”, de Jean Negulesco; o de la cultura de la posmodernidad, con una muy lúcida reflexión sobre ella, cuando escribe de “Con el culo al aire”, de Carles Mira; o de los nombres fundamentales de aquel “Nuevo Cine Español” en que se integra “Último encuentro”, de Antonio Eceiza; o de la Escuela de Barcelona y la “Gauche Divine” al bucear en “Lejos de los árboles”, de Jacinto Esteva, por poner solo unos cuantos ejemplos.
* De ahí que, además de los excelentes capítulos dedicados a las dos principales películas en que intervino Antonio Gades, las citadas “Con el viento solano” (1965) y “Los días del pasado (1977), ambas de Mario Camus, sean de gran brillantez los que se centran en adaptaciones de uno u otro signo. Caso del análisis que efectúa Dufour de la inmortal trilogía de Saura-Gades, en la segunda parte del libro, donde tanto “Bodas de sangre” como “Carmen” y “El amor brujo” aparecen exhaustivamente tratadas desde sus orígenes literarios, teatrales u operísticos, lo que también sucede en la versión de “El amor brujo” que dirigiese Rovira-Beleta.
* Por su significado, quiero traer a colación dos citas que figuran en el libro. Una del propio Gades, de 1996, sobre su centro del mundo, la danza: “No vives para la danza, sino que la vida te hace danzar. Se olvida que el baile no es un ejercicio, el baile es un estado anímico que sale a través de un movimiento. Por eso mi Compañía está humanizada. Hay gordos y flacos, calvos, altas, con tetas gordas, sin tetas; es un pueblo que baila, no son bailarines que imitan a un pueblo. El baile no son los pasos, la danza es lo que hay entre paso y paso”.
* Otra cita de Carlos Saura, con la que también se cierra el texto del libro: “Es estimulante trabajar con un ser especialmente dotado para lo que hace, un privilegiado capaz de inventar y avanzar allí donde los demás siguen caminos trillados por comodidades y rutinas… Si artista es quien tiene la habilidad, la destreza y el talento para hacer bien una cosa, son precisamente esos, y muchos más, los atributos de Gades”.