Texto de presentación del Ciclo "Las Bellas Artes en el Cine", organizado conjuntamente por la Academia de Bellas Artes y la Filmoteca Española durante los meses de noviembre y diciembre de 2022.
Desde sus inicios hasta hoy mismo, el cine se ha relacionado
de forma habitual con otras expresiones artísticas. No es casualidad que fueran
los llamados “Films d’Art”, que adaptaban obras famosas del teatro o la
literatura mundial, los que le otorgasen progresivamente una pátina cultural
ante la burguesía y le alejasen del espectáculo de barraca de feria en que se
había hecho popular. Hasta que un escritor prestigioso, aunque polémico, como
el futurista italiano Ricciotto Canudo le diera carta de naturaleza al
incluirlo en su “Manifiesto de las Siete Artes”, de 1911, considerándolo un
“arte plástico en movimiento” que fusionaba a las restantes.
El camino desde entonces ha sido arduo para que el cine
alcanzase tal consideración dentro de la sociedad y de sus sectores
intelectuales. Bien conocido es, por ejemplo, el desprecio que la mayoría de los
escritores de la Generación del 98 sentían por ese arte nuevo que se imponía
por el mundo, por más que un Rafael Alberti pidiera respeto años después por
haber nacido al tiempo que el cine... Como recordaba el Director de Filmoteca
Española, Josetxo Cerdán, en la excelente conferencia que ofreció en la
Academia de Bellas Artes, el cine ha tenido –y todavía tiene– que comportarse
como el hermano pequeño que llama a la puerta con insistencia pero con
prudencia para que sus “hermanos mayores”, la Pintura, la Escultura, la
Arquitectura, la Música, le dejen entrar en el recinto sagrado del Parnaso.
Esa conferencia ha sido, precisamente, el punto de partida de
la iniciativa que vamos a desarrollar la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando y la Filmoteca Española: mostrar y analizar cómo el cine ha tratado a
las otras artes a través de una extensa filmografía de la que extraemos ocho
títulos en siete sesiones, una por disciplina. Su presentación correrá a cargo,
en cada caso, de un destacado académico que abordará los fundamentos del arte
en que desarrolla su labor, además de entroncarlos con la película que siga a
su breve exposición. Se trata de una colaboración entre ambas instituciones que
se extiende a otros actos, pero cuya idea básica es mostrar la comunión entre
las diversas artes que el cine enlaza con sus imágenes.
Así, el ciclo “Las Bellas Artes en el Cine” lo iniciará el 15
de noviembre el Director de la Academia, Tomás Marco, para hablar de la Música,
ese territorio que él domina desde hace muchos años, casi tantos como los
“sesenta más veinte” –como le gusta decir su edad al estilo francés–, cuya
celebración se extiende felizmente por doquier. Ha elegido como compañía la
mirada satírica y burlona, pero también metafórica, de Federico Fellini en Ensayo de orquesta (Prova d’orchestra, 1978), un cineasta con derecho a figurar en
cualquier referencia musical, dado que su continua colaboración con Nino Rota
supone unos de los hitos de la fusión entre ambas artes.
Alguien tan íntimamente ligado a la Academia de Bellas Artes
como Francisco de Goya había de tener un espacio propio en esta muestra. Lo ocupará
mediante la proyección de Goya en Burdeos,
donde Carlos Saura, justo al finalizar el pasado siglo, se detuvo en este
periodo postrero del genial autor, encarnado por un inolvidable Francisco
Rabal. Las imágenes de Goya/Rabal pintando ante un lienzo iluminado por las
velas situadas en su sombrero, pertenecen a la iconografía más genuina del cine
español. Nadie mejor para hablar de la Pintura y de esta película que Víctor
Nieto, Delegado del Museo de la Academia y autoridad bien reconocida en la obra
goyesca.
No uno, sino dos académicos, José Luis García del Busto, Secretario General de la Academia, y Arantxa Aguirre, autora de Dancing Beethoven, se reunirán en la sesión dedicada a la Danza. A ella se referirá el musicólogo García del Busto, precediendo al bello y sensible documental que realizase Aguirre en 2016, centrado en los ensayos de la coreografía sobre la Novena Sinfonía de Beethoven que interpretara el Ballet de Lausanne, fundado por el legendario Maurice Béjart. El impactante final de la película, recogiendo la representación que tuvo lugar en Tokio, supone un hito dentro de esta preciosa fusión entre cine y danza.
"Rodin", de Jacques Doillon (2017)
“El artista frente a su obra”, atormentado, inseguro, problemático; podría definirse así el Rodin abordado en 2017 por Jacques Doillon, que cuenta también con una interpretación sobresaliente por parte de Vincent Lindon. La escultora y académica Blanca Muñoz se referirá a su arte, el de Rodin y el de ella, tan alejados entre sí pero coincidentes en su búsqueda de la estética y la originalidad más auténticas. Piedra o metal en uno y otro caso, lo fundamental aquí es la capacidad demiúrgica de transformarlos en objetos de identidad y expresión propias, pero también de reflexión para el espectador, al sentirse interpelado en profundidad por ellos.
Durante muchos años, para generaciones enteras, el perfil de
un arquitecto llevaba los rasgos del Gary Cooper de El manantial (The Fountainhead),
que King Vidor realizase en 1949 sobre la famosa novela de Ayn Rand. La figura
de un Howard Roark enfrentado al mundo por defender sus convicciones creativas
se acababa configurando como un manifiesto en favor del individualismo. Será
también un arquitecto, el académico Luis Fernández-Galiano, el que nos hable –ya
en diciembre– de su arte y de este título señero de la producción clásica
norteamericana, realizado cuando el macartismo estaba a punto de adueñarse de
la conciencia crítica de su país.
Isabel Muñoz, una de las grandes fotógrafas españolas y
académica electa, vendrá al Doré para hablarnos del medio de expresión en el
que ha demostrado tanta maestría. Y lo hará antes de que se proyecten dos
mediometrajes muy especiales, realizados con una década de diferencia, 1962 y
1972: La Jetée, del pionero Chris
Marker, que pone de relieve la fructífera contradicción de contar en cine una distopía
con imágenes fijas, no en movimiento; y Letter
to Jane, de Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin, realizado a partir de una
foto de la Jane Fonda radical que se opuso a la Guerra del Vietnam y rompió con
los estereotipos de una “estrella”.