Nada menos que 120 años contemplan la trayectoria de Gaumont,
la más antigua empresa cinematográfica del mundo y cuya existencia llega hasta
hoy mismo. Fundada en 1895, al mismo tiempo que el nacimiento del nuevo arte,
por Léon Gaumont, tuvo en él mismo, su secretaria Alice Guy (la primera mujer
cineasta) y, sobre todo, el gran Louis Feuillade los soportes humanos de todo
un imperio de imágenes. Desde un principio, la compañía adoptó el signo gráfico
de la margarita, nombre de la madre del fundador, contrastando con el gallo
popularizado por su rival Pathé, que también pervive después de más de un siglo
y que acabó por unirse a Gaumont en el sector de la exhibición.
Como bien saben hacer los franceses con sus glorias patrias,
el aniversario de ese siglo largo de existencia de Gaumont va a ser celebrado
por todo lo alto, centrado especialmente en la recuperación de casi 300 películas,
ediciones conmemorativas en vídeo y el montaje de una amplia exposición que se
desarrollará en París entre los meses de abril y agosto de este año. Quedará
ahí patente el doble camino que siempre transitó la productora: por un lado,
films con vocación comercial, con fuerte inclinación hacia la comedia popular
tipo Louis de Funès; y, de otro, películas de autor, como muchas de aquellas
que dieron carta de naturaleza a la “Nouvelle Vague”, creadas por Malle, Chabrol
o Godard. Línea esta segunda que se incrementó notoriamente con la presencia
durante diez años, entre 1975 y 1985, de Daniel Toscan du Plantier al frente de
la compañía, cuando produjo a Bresson, Fellini, Losey o Pialat. Pasado dicho
periodo, el mayor éxito de Gaumont ha sido el de Intocable, que “rompió” las taquillas de medio mundo en 2011 y
2012. El hecho de dominar los tres sectores de producción, distribución y
exhibición facilita el buen resultado de sus títulos, pero asimismo le ha
valido a Gaumont numerosas críticas por el “dominio
excesivo” que ejerce sobre el conjunto del cine francés.
También a España nos va a llegar un eco muy relevante de la
historia y la dimensión de este gigante galo, a través de A Contracorriente, la
distribuidora que ha comercializado sus últimos éxitos en nuestro país. De
forma paralela a las iniciativas adoptadas al otro lado de la frontera, habrá
proyección en salas de películas famosas de su catálogo, ediciones en DVD y Blu-Ray,
presencia de actrices y actores de relieve que han trabajado en esos films,
además de muestras de producciones de Gaumont en los Festivales de San Sebastián,
Sitges y Valladolid, donde tendrá lugar un extenso ciclo que recorrerá por
décadas las distintas etapas de la compañía. Una excelente ocasión para conocer
o “revisitar” títulos memorables que ya forman parte del patrimonio
cinematográfico no solo francés, sino mundial.
(Publicado en "Turia" de Valencia, febrero de 2015).
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