Los premiados en los Goya de 2016
Desde que se proyectó en el pasado Festival de San Sebastián,
se intuía que 'Truman' era la película española del año. El film de Cesc Gay
demostró desde ese comienzo un gran poder comunicativo, basado en su temática
entre la vida y la muerte y en el poderío de su pareja de actores. Así lo ha
ratificado la Academia, concediéndole sus principales Goyas, cinco de los seis
a los que optaba, hasta ser la gran triunfadora de la noche.
Se esperaba ese resultado, como el de la gran mayoría de
premios que se concedieron en la ceremonia. No hubo sorpresas relevantes,
porque incluso el fuerte descenso de 'La novia' respecto a sus nominaciones
(dos premios frente a doce candidaturas) estaba bastante previsto. La arriesgada
película de Paula Ortiz quizá merecía mejor suerte, más allá del galardón a la
siempre excelente actriz Luisa Gavasa como "papel de reparto" y a la
preciosista fotografía de Miguel Ángel Amoedo. Pero, como le dijo el propio
Cesc Gay al recoger su Goya a la Mejor Dirección, Paula Ortiz tiene mucho
camino por delante y, sin duda, una poética propia que desarrollar en el
futuro.
Aparte de previsibles, han sido también unos Goya muy
repartidos, con nada menos que diez largometrajes españoles de ficción -entre
los 143 que se presentaron a la convocatoria- que se han llevado alguna
estatuilla: junto a las cinco de 'Truman', figuran 'Nadie quiere la noche' con cuatro;
con dos, 'La novia', 'A cambio de nada', 'El desconocido' y 'Palmeras en la
nieve', y con uno, 'Un día perfecto', 'Techo y comida', 'Un otoño sin Berlín' y
'Anacleto, agente secreto'. No todos ellas con el mismo "peso" y
significado, pero sí reveladoras de que existía un panorama variado y
complementario.
No ha sido una edición que, como en otros años, dominase de
principio a fin una película, con una decena o docena de Goyas a sus espaldas. Esta
vez han sido el signo de una producción anual donde, si se excluye el éxito
comercial de 'Ocho apellidos catalanes', ha habido un cierto equilibrio tanto
en el conjunto de la oferta como en su resultado cara al público. Ya es un
tópico subrayar la diversidad temática y estilística, e incluso generacional,
como señal de identidad del actual cine español, opuesto -por cierto- a lo que
en su día representase un Mariano Ozores, flamante Goya de Honor.
Miguel Herrán, tras recibir el Goya al Actor Revelación
Y si quieren que me quede con un momento de las tres horas y
cuarto que duró la ceremonia (menos brillante aunque más corta que la del
pasado año al seguir el "método Oscar", cortando bruscamente los
agradecimientos con música, como resaltó Ricardo Darín), me guardo la actitud y
las palabras de Miguel Herrán, protagonista de 'A cambio de nada' y ganador del
Goya al Actor Revelación, que estuvieron plenas de sentido y sensibilidad.
(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 8 de febrero de 2016).
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