El profundo universo de los sueños



Federico Fellini es una fuente inagotable de exposiciones. Hace unos años, les hablé de una –espléndida– que le había dedicado CaixaForum. Tiempo atrás, también las salas de Filmoteca Española albergarían la figura del autor de Ocho y medio. Otras muestras más reducidas han surgido aquí y allá. Y las que se avecinan, porque en 2020 se celebra el Centenario del nacimiento de Fellini, y en Italia se está ya preparando un amplio conjunto de actividades, como corresponde a quien quizá sea su cineasta ilustre por excelencia.

De momento, tenemos ahora, y hasta el 21 de enero, la exposición “Federico Fellini. Sueño y diseño” en el madrileño Círculo de Bellas Artes. Se trata de una muestra singular, porque no intenta tener un carácter enciclopédico, sino todo lo contrario: bucear en el “onirismo visionario” de su autor, lo que unido a su “exuberancia” y a su “pasión por el psicoanálisis” (versión Jung) tras su largo tratamiento con el doctor Ernst Bernhard, conformarían de manera decisiva la personalidad felliniana. Así al menos lo establece Gianfranco Angelucci, comisario de la exposición del Círculo y a quien pertenecen los términos que acabo de entrecomillar. Todo un experto en la vida y obra de alguien que, como en Amarcord, hizo de sus recuerdos y sus sueños un terreno fértil para el torrente de imágenes que crease.

No supone su único atractivo, porque hay también dibujos y fotos de notorio interés, pero el punto fuerte de la muestra es el visionado de los tres “spots” que Fellini realizase en 1992 para el Banco di Roma. Él, que era un enemigo declarado de la publicidad, sobre todo cuando cortaba las películas en televisión (“Nunca se deben interrumpir las emociones”, sostendría, en una famosa diatriba contra Berlusconi), se dejó ganar por la generosa oferta de esa entidad bancaria. Pero tampoco era la primera vez, ya había filmado antes anuncios para Campari y pastas Barilla, en una labor más frecuente de lo que parece entre los grandes directores.

Sueño del túnel, Sueño del ‘Déjeuner sur l’herbe’ y Sueño del león en el sótano son los títulos de esos tres breves anuncios, aunque el proyecto incluía también otros, como “Sueño del huevo” y “La máquina de los sueños”, que no llegó a rodar; al fin y al cabo, Fellini moriría poco tiempo después de este epílogo publicitario, en 1993. Tomados casi siempre de las páginas de su enciclopédico “Libro de los sueños” (incluido asimismo en la muestra), su esquema es muy sencillo: la pesadilla angustiosa de un ciudadano al que un psicoanalista recomienda que, por lo menos para que esté tranquilo económicamente, deposite su dinero en el Banco di Roma. Papel del psicoanalista que iba a interpretar el propio Fellini, pero que acabó confiando a nuestro Fernando Rey, de quien también estamos ya celebrando su Centenario. El tiempo pasa para todos de manera implacable.

Dibujo de Fellini para "El libro de los sueños" 

(Publicado en "Turia" de Valencia, octubre de 2017).

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