El "Padrecito Stalin"


Marzo de 1953: El féretro de Stalin entra en la Plaza Roja de Moscú


Mostraba el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla un impactante documental de montaje: State Funeral, sobre los tres días que duró el sepelio de Josef Stalin, en marzo de 1953. Cámaras repartidas por diversas repúblicas de la entonces URSS, unidas a las numerosas que filmaron en Moscú, dieron origen a 35 horas de grabación, recogiendo sobre todo el desfile de las innumerables personas que acudieron a despedirle directamente o junto a los monumentos dispersos por las principales ciudades. Con este enorme material, cuatro directores (entre los que el más relevante era Sergei Gerasimov) fueron encargados de realizar un documental de propaganda que iba a denominarse El gran adiós, pero que nunca vio la luz y fue prohibido. Porque el informe secreto de Nikita Kruschev al XX Congreso del Partido Comunista en 1956, denunciando los crímenes del stalinismo y aboliendo oficialmente la política del “culto a la personalidad”, motivaron su radical condena por aquellos mismos que le habían aupado al poder. Hasta el punto de que, cinco años después, los restos del dictador fueron sacados del mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, donde descansaban junto a los de Lenin.

Un gran cineasta, el ucraniano Sergei Loznitsa, ha revisado todo ese material, que pudo emerger del fondo de los archivos en 1988, y ha elaborado con él un documental de dos horas y cuarto. “No es una película sobre Stalin –ha señalado el propio Loznitsa–, sino sobre la gente que aparece en pantalla dándole su último adiós”. Entre ellos, los grandes jerifaltes del momento, como Malenkov, Molotov, el sanguinario Beria o el propio Kruschev, además de dirigentes de partidos comunistas de medio mundo, entre ellos Pasionaria o el alemán Walter Ulbricht. En un desfile incesante que supone la muestra más patente de ese “culto a la personalidad” que antes citábamos y que a los españoles no puede dejarnos de traer a la memoria las enormes filas de personas que se congregaron en torno al cadáver de Franco en el Palacio de Oriente.

El cadáver de Stalin, rodeado por las flores de sus admiradores

Ya Loznitsa había mostrado su dominio del documental de montaje en otros títulos, sobre todo The Trial, que recogía uno de los terribles Procesos de Moscú de los años 30, presentado el pasado año también en el Festival de Sevilla y que comentamos en estas mismas páginas de Turia. Trabajos que suponen testimonios históricos irremplazables, merecedores de que todos los conozcamos y reflexionemos en profundidad sobre ellos. Curiosamente, parece que, frente a esa multiplicidad de imágenes soviéticas, el NO-DO franquista no ofreció ni una sola referencia a la muerte de quien en medios comunistas clandestinos de nuestro país se conocía como “el Padrecito Stalin”...

(Publicado en "Turia" de Valencia, noviembre de 2019).

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