Era impresionante el despliegue realizado por las mujeres
cineastas para “cubrir” la multitudinaria manifestación del pasado sábado en
Madrid contra el anteproyecto de ley del aborto. Perfectamente coordinadas, con
un trabajo previo desarrollado con tanta rapidez como precisión, sus cámaras
recogían todos y cada uno de los aspectos de la marcha. Se las veía aquí y
allá, grabando sin parar a las manifestantes, haciéndoles entrevistas,
detallando opiniones y rostros, en un despliegue de más de veinte equipos que
incluían a directoras, cámaras o sonidistas, y que contaban con el apoyo de
diversos hombres. La manifestación ideada por la Tertulia asturiana de Les
Comadres encontró un eco masivo por todos los rincones del país para reunirse
en su capital y entregar un escrito en el Congreso de los Diputados contra el lamentable
proyecto de Gallardón-Rajoy. Y, dentro del campo audiovisual, CIMA, la
Asociación de Mujeres Cineastas, también aglutinó a sus integrantes para que
aquello quedase suficientemente registrado.
La idea es hacer un documental y varias piezas breves sobre
este Tren de la Libertad. Pero, en mi opinión, lo más importante es la propia
movilización que el hecho generó, en un ejemplo de lo que en Mayo del 68 se
llamó “cine de intervención directa”. Cada cual con los recursos con los que
pudo contar, se lanzó a la calle el 1 de febrero para dejar constancia de la
protesta de una población a la que ya no es tan fácil hacer comulgar –nunca
mejor dicho– con ruedas de molino. Una vez más, las mujeres han abierto un
camino que desearíamos que recorrieran también los del sexo opuesto (se hizo en
2004, pero de manera distinta, con el trabajo colectivo Hay motivo), quizá a través de esa Unión de Cineastas que,
reuniendo a profesionales de todo tipo y género, está a punto de nacer.
“Esta ley, ¡la vamos a
parar!”, se repetía
en la manifestación, junto a otros eslóganes conocidos como el “¡Sí se puede!” generalizado, “Nosotras parimos, nosotras decidimos” o “¡Gallardón, dimisión!”. Y uno, con rima asonante, que yo no había
oído y que no me resisto a reproducir: “Todas
las mujeres tenemos un deseo/a Gallardón cortarle los huevos”… Sin duda, el muy relamido Gallardón (con su “complejo
de Electra” a cuestas) lo incluirá en su lista de “insultos y descalificaciones”, pero lo que realmente supone un
insulto y una descalificación hacia las mujeres es su empeño en una ley contra
la que todas las iniciativas serán pocas. Y las cineastas estarán ahí para
testificarlo.
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P.D. Me
uno de todo corazón al 50 Aniversario de Turia, todo un hito en la historia del periodismo español.
(Publicado en "Turia" de Valencia, febrero de 2014).
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