Así se llama la obra de Pepe Gimeno incluida en la estupenda
exposición “50 anys en cartellera. La
Turia 1964-2014”, que exhibe la Sala Acadèmia de La Nau desde la pasada
semana y hasta el 31 de agosto. Y destaco este título porque creo que la continua
síntesis entre el mundo de la cultura y la revista queda reflejado con
exactitud en el propio cuadro y en el nombre que lleva. Por encima de otras importantes
características, lo que ha identificado a la Turia es su compromiso con la cultura a través de la información y
la crítica, de su batalla semanal por dar a conocer y valorar lo más relevante
que se estaba originando en los ámbitos valenciano y español. Pero, como se
dice con razón en el programa de la muestra, “la Turia no destaca solo por su contenido, sino también por la calidad
de su propuesta gráfica. De las portadas a la tipografía, pasando por las
ilustraciones de las páginas interiores o las viñetas de humor gráfico, todos
los elementos visuales de la revista son tratados de manera muy minuciosa”.
Exposición en la Sala Acadèmia de La Nau
Lo demuestra esta exposición que –producida por la
Universitat de València y comisariada por Mila Belinchón y Toni Picazo– congrega
a 53 artistas que han creado obras específicas sobre el cincuentenario de la
publicación o han cedido para ella alguna de su colección. Como son de muy diferentes
estilos, tendencias y motivos de inspiración, cada visitante tendrá sus
preferencias, pero particularmente me inclino por las aportaciones de José
María Molina Ciges, Juan Uslé, Victoria Civera, Ortifus (la más tierna, con su
diálogo en la cama), Miguel Calatayud, Lina Vila, Didac Ballester, la citada de
Pepe Gimeno y Artur Heras, por orden de “aparición” en las paredes de la sala. Cada
una merecería un comentario aparte, pero nuestro espacio es tan limitado… Además
del espléndido audiovisual de Pepa L. Poquet, que sabe resumir en pocos minutos
tanto la elaboración de cada número de la revista como el sentido global de su
aniversario.
También puede verse en La Nau una colección de portadas muy
significativas de la trayectoria de la Turia,
e incluso se pueden consultar varios de sus números pertenecientes a distintas
etapas. Esa colección de portadas de diversos autores contiene numerosos
hallazgos expresivos, y viene a sumarse al libro que la editorial Media Vaca
publicase meses atrás con la reproducción de las creadas por Miguel Calatayud
básicamente entre 1976 y 1983, que suponen un verdadero derroche de imaginación.
Si se quiere disponer de un ejemplo directo de cómo el continente y el
contenido deben hallarse en perfecto equilibrio, de cómo siempre han de
fusionarse en un todo, la exposición de la Nao y el libro de Calatayud lo
ofrecen de forma patente. No se pierdan ni el uno ni la otra.
(Publicado por "Turia" de Valencia, julio de 2014).
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