Cela y el cine


Camilo José Cela, en "La colmena", de Mario Camus (1982)

Dentro de tan solo unos días se conmemora el centenario del nacimiento de Camilo José Cela, que tuvo lugar en la gallega Iria Flavia el 11 de mayo de 1916. No voy a abordar aquí su obra novelística, en la que destacan con luz propia “La colmena” y “La familia de Pascual Duarte” (a las que su hermano Jorge siempre añade la muy desconocida “Mrs. Caldwell habla con su hijo”). Ni tampoco aspectos poco gratos de su biografía, como su etapa de censor debido a las penurias económicas de los primeros años cuarenta o una fastidiosa imagen pública, llena de “numeritos” con los que llamar la atención, sobre todo en la última parte de su vida. Lo que deseo es resaltar la estrecha vinculación de Cela con el cine a través de diversas películas.

De hecho, la Casa del Lector, en Madrid, acaba de programar un ciclo dedicado a esta faceta del escritor, coordinado por quien esto firma y que tendrá continuidad en ciudades como Palma de Mallorca y, probablemente, A Coruña, muy vinculadas al narrador. La muestra ha incluido el estreno del notable documental El recuerdo más cercano, promovido por la Fundación Charo y Camilo José Cela; el casi “secreto” largometraje El sótano, realizado por Jaime de Mayora en 1949 (donde el Premio Nobel colaboró en el guion y los diálogos, además de interpretar uno de los papeles principales); la buena adaptación hecha en 1975 por Antonio Giménez-Rico de “Viaje a la Alcarria” para el programa televisivo “Los Libros”, y que Tomás Cimadevilla ha renovado recientemente en su corto documental Regreso a la Alcarria, así como las versiones cinematográficas de Ricardo Franco sobre Pascual Duarte y de Mario Camus sobre La colmena (donde el propio Cela “era” Matías Martí, “inventor de palabras”), en el primer caso Premio al Mejor Actor para José Luis Gómez en el Festival de Cannes de 1976 y, en el segundo, Oso de Oro, “ex aequo”, de la Berlinale de 1983.


No se acaba con estos títulos la relación de Cela con el cine, particularmente intensa en el tránsito de las décadas 40 a 50, como también demuestra su guion inédito titulado “Prometeo”. Porque, aparte de su colaboración en Consultaré a Mr. Brown, de Pío Ballesteros, y El cerco del diablo, de cinco directores –películas parece que definitivamente perdidas, como tantas otras de nuestro cine–, hizo un pequeño papel en Facultad de Letras, lamentable film del citado Ballesteros que ensalzaba al estudiante vago y caradura; y una aparición de treinta segundos en el valioso Manicomio, de Luis María Delgado y Fernando Fernán-Gómez, donde encarnaba a un “loco” que daba coces ante el estupor de una vieja dama. En el volumen colectivo “Camilo José Cela en el cine español”, con edición de José Luis Castro de Paz y Jaime Pena para el Festival de Ourense de 2001, ya quedó suficiente constancia de esta poderosa fascinación de Cela por el cine.

(Publicado en "Turia" de Valencia, mayo de 2016).

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