Al observar las cifras de taquilla,
corría estos días una especie de chascarrillo (¡qué palabra tan antigua!) entre
los distribuidores y exhibidores, en los escasos momentos en que sus ánimos
estaban para bromas: “Si El Padre
es la primera y El Chico la segunda,
¿dónde está el Espíritu Santo?”… Pues ese Espíritu Santo durante los días intermedios
era El profesor de persa y, en los
fines de semana, Los Croods 2, como
corresponde a un público infantil al que, después de tanto confinamiento, ya no
hay manera de aguantar en casa. Lo cierto es que entre esos cuatro títulos han
conformado un Box Office sorprendente, sobre todo si a ellos se suma el éxito
del Universo Wong Kar-wai, propuesto
por la distribuidora independiente Ávalon.
Porque, ¿quién iba a decir que, veinte
años después, la maravillosa In the Mood
for Love –o Deseando amar, si lo
prefieren– iba a significar un acontecimiento en las salas, con un público
joven que no la conocía o maduro que ha querido disfrutar de nuevo con ella?
Cuando escribo estas líneas, lleva contabilizados unos 36.000 espectadores, con
una recaudación de 225.000 euros, muy considerable para los tiempos que corren,
llegando a contar con 63 copias en los cines. Pero también otros films del
director hongkonés están reclamando una fuerte atención en cuantas ciudades se
proyectan, en especial 2046, que con
una treintena de copias ya atrajo a 5.000 espectadores en su semana inicial. Y,
contra muchas previsiones, el Universo
WKW sigue funcionando desde el 30 de diciembre pasado.
No dos décadas sino un siglo entero nos
separa de El chico (The Kid), el primer
largometraje de Chaplin, sobre cuyas virtudes y maestría no me extenderé porque
ya lo hizo excelentemente Pedro Uris en el anterior número de Turia. Pero sí sobre su magnífico resultado
entre nosotros, como lo demuestra que su copia restaurada en 4K, tan gozosa de
ver, llegase a 89 cines, en los que logró durante tan solo siete días 10.573
espectadores y una recaudación de más de 50.000 euros, dado que, por su
duración de 53 minutos, las salas han solido aplicar las tarifas del Día del
Espectador. Una apuesta arriesgada de la también independiente distribuidora A
Contracorriente que, como en el caso de las películas de WKW, ha recibido el entusiasta
apoyo de la crítica.
Habría que sacar consecuencias de este
doble éxito, la principal que al público le sigue gustando el buen cine de
verdad, tenga la edad que tenga. Es cierto que no hay muchos estrenos donde
elegir, pero si un clásico absoluto como Chaplin y un clásico contemporáneo
como Wong Kar-wai siguen atrayendo tanto, hay que concluir, una vez más, que el
cine es un arte vivo, tan apasionante y popular como esa historia de amor
irrealizable o ese niño que un pobre vagabundo rescata de la orfandad. Ahí está
el Espíritu Santo.
(Publicado en "Turia" de Valencia, febrero de 2021
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