Hacer fácil lo difícil

 

La familia de "Alcarràs"

Se estrena en toda España la película que obtuvo el Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín: Alcarràs, segundo largometraje de Carla Simón después de que el primero, Estiu 1993, lograse el éxito tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Sin querer inmiscuirme para nada en las tareas críticas de mis compañeros de la Turia, me gustaría aportar mis opiniones sobre un film que considero de la máxima relevancia.

Para mí, Alcarràs posee una de las características fundamentales del gran cine, que es hacer aparentemente fácil lo que en verdad es muy complicado. Es decir, que la película fluya de manera natural, armónica, sin que el espectador perciba todo el enorme esfuerzo que subyace a esa sencillez expresiva. Y no me refiero, o no solo, a la dificultad de proponer una obra que fluctúa entre el estilo de ficción y el documental, aunque todo en ella esté inventado, con actores no profesionales y una temática que no es precisamente la que reclamaba Cecil B. DeMille, cuando sostenía que una película “debe comenzar con un terremoto y de ahí para arriba”

No, a lo que me refiero es a algo más profundo que tiene su raíz en el propio lenguaje fílmico y que se sustenta en la mirada del (en este caso, de la) cineasta. Una mirada que se ejerce desde la planificación, porque la contiene y la potencia, y que se extiende hasta un montaje donde esa mirada se reconstruye para conformar un determinado punto de vista sobre la realidad, aquí una familia de melocotoneros que se enfrenta al desafío de conservar las tierras que cultivan desde ochenta años atrás. Igual que los pescadores sicilianos de Aci Trezza tenían que luchar por su supervivencia en La terra trema de Visconti, una cita que hago con toda la intención.

La forma en que Carla Simón dirige a sus intérpretes constituye otro factor básico para la verosimilitud, la verdad, que respira toda la película. Su sensibilidad para trabajar con niños ya había quedado patente en Verano 1993, pero en Alcarràs, si bien comienza el relato con los pequeños y adquieren un peso específico en él, se extiende de manera coral hasta un conjunto de once personajes. Entre ellos, un abuelo que viene a ser el paradigma de la dignidad (preciosas las escenas de su paseo bajo la luna), un padre de familia cuyo intérprete parece un trasunto de Sergi López y unas mujeres que soportan el peso de una doble vida, en la casa y en el campo.

María Zamora y Carla Simón, con el Oso de Oro de la Berlinale

Hablando de mujeres, debe destacarse que en Alcarràs la mayoría de jefaturas de equipo son femeninas, desde una productora tan valiente y creativa como la valenciana María Zamora, o ejerciendo labores muy destacadas como la de la directora de fotografía Daniela Cajías y la montadora Ana Pfaff, con Carla Simón como inspirada maestra de orquesta.

Simplemente, y dicho en plata, corran a ver Alcarràs.


(Publicado en "Turia" de Valencia, abril de 2022).


No hay comentarios:

Publicar un comentario