Tras recoger su Halcón por La reconquista, Jonás Trueba subrayó algo tan importante como
evidente: que los Turia son los únicos Premios que unen el cine con otras
disciplinas y actividades muy diversas como el teatro, las artes plásticas, la
televisión, la labor periodística, las contribuciones cívicas, la educación o
la gastronomía y la enología. Y está bien que así sea, porque el cine no es un
compartimento estanco que funcione en el mundo con leyes propias y alejadas de
la sociedad, sino que está inmerso en ella, al lado de muchas iniciativas y
trabajos que configuran también el tejido cultural y político de un país. Si el
panorama de un cinéfilo obseso se reduce a las imágenes que guarda en su cabeza
como tesoros inexpugnables, la Turia
le dice cada año que no, que el hecho cinematográfico no vive aislado, sino en
continua relación con cuanto le rodea.
No me corresponde escribir la crónica de los XXVI Premis
Turia; otros compañeros de la revista ya se encargan de ello. Pero sí quiero
resaltar ese carácter multidisciplinar que les caracteriza y les da
personalidad propia. Concretada este año en una ceremonia en el Teatre Talia
que apenas superó las dos horas, algo realmente excepcional cuando se recuerdan
ediciones que han duplicado, y más, tal duración, “recorte” que todos los
asistentes acogimos muy positivamente, no como los de Montoro...
Pese a contar con el pie forzoso del decorado de “Por los pelos”, la obra que se ofrece en ese mismo escenario, la entrega de los dieciocho Halcones (incluyendo el dedicado al cortometraje) tuvo ritmo y agilidad, con intervenciones emotivas como la de la presidenta de la Asociación de Víctimas 3 de Julio a propósito del documental galardonado La estrategia del silencio, o vibrantes como las palabras del director del Instituto Sorolla a la hora de valorar y defender la educación pública en el 50 Aniversario de su centro. También la presencia de jóvenes cineastas como Nely Reguera, Alberto Morais o el citado Jonás Trueba para recoger sus trofeos, junto a figuras de la dimensión de Rodolf Sirera o Núria Prims, contribuyó a realzar la gala. Igual que resultó muy sugerente contemplar las dos caras del periodismo ofrecidas por el veterano José Martí Gómez y la “intrépida reportera” Cristina Pardo.
Pese a contar con el pie forzoso del decorado de “Por los pelos”, la obra que se ofrece en ese mismo escenario, la entrega de los dieciocho Halcones (incluyendo el dedicado al cortometraje) tuvo ritmo y agilidad, con intervenciones emotivas como la de la presidenta de la Asociación de Víctimas 3 de Julio a propósito del documental galardonado La estrategia del silencio, o vibrantes como las palabras del director del Instituto Sorolla a la hora de valorar y defender la educación pública en el 50 Aniversario de su centro. También la presencia de jóvenes cineastas como Nely Reguera, Alberto Morais o el citado Jonás Trueba para recoger sus trofeos, junto a figuras de la dimensión de Rodolf Sirera o Núria Prims, contribuyó a realzar la gala. Igual que resultó muy sugerente contemplar las dos caras del periodismo ofrecidas por el veterano José Martí Gómez y la “intrépida reportera” Cristina Pardo.
De todo ello deja constancia gráfica El Flaco en este mismo
número (por cierto, si todavía no la han visto, acudan sin demora a su
espléndida exposición en la sala Acadèmia de La Nau). Sus fotos nos permitirán
revivir momentos especiales del pasado sábado 8, como ya hemos hecho en
tantísimos Premis anteriores. Mantenerlos veintiséis años, por encima de
crisis, obstáculos económicos e incluso amenazas de bomba, no es precisamente
tarea fácil. A imagen y semejanza de la propia publicación: unos premios
diferentes para una revista diferente.
Todos los galardonados, al final de la entrega de los XXVI Premis Turia
(Publicado en "Turia" de Valencia, julio de 2017).
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