Con motivo de la entrega en Madrid de los Premios Platino, se
han celebrado una serie de actividades con el cine iberoamericano como
protagonista. Es importante referirse a él con datos concretos y, por ello, ha
destacado entre estos actos la presentación del Anuario del Cine
Iberoamericano, elaborado por Barlovento Comunicación y MRC bajo la dirección
de Fernando Labrada y Ricardo Vaca. Un instrumento imprescindible para conocer
la realidad del cine en español y portugués, para saber con certeza el terreno
que pisamos y no el que suele esgrimirse a base de tópicos y retóricas.
Vayamos con algunos de esos datos, referidos al pasado año: en
el conjunto de los 22 países que incluyen el área iberoamericana, se estrenaron
en salas comerciales 900 películas “propias”, entendiendo por tales las
producidas en cada una de esas naciones. Donde la población mayoritaria se da
en Brasil (209 millones de habitantes) y México (128), con Colombia y España en
tercer y cuarto lugar, lo que no coincide con su PIB “per cápita”, ya que
Puerto Rico y España son los únicos en superar los 25.000 dólares. Por otra
parte, sorprende que la República Dominicana encabece el “ranking” de las
cuotas de mercado –es decir, de la relación entre espectadores de cine nacional
y extranjero–, con un 26%, por delante de Brasil (18%), España (17%) y
Argentina (14%). Sin embargo, los títulos más taquilleros han sido dos
brasileños, Os Dez Mandamentos y Minha Mâe é uma Peça, con 11,3 y 8,1
millones de espectadores; otros tantos mexicanos (¿Qué culpa tiene el niño? y No
manches, Frida), con 5,9 y 5,1; y el español Un monstruo viene a verme, con más de 4 y medio. También llama la
atención que se hayan proyectado 234 “óperas primas”, el 26% del total, una
cantidad excesiva que proviene, sobre todo, de los documentales.
Pero estas cifras adquieren su verdadera relevancia al
constatar que, frente a los 900 films de producción nacional ya citados, se han
estrenado 4.515 extranjeros, la inmensa mayoría norteamericanos, y con la particularidad
de que lo han sido en casi todos los países iberoamericanos. Lo que significa
que nos hallamos en un mercado fortísimamente colonizado, afirmación que
siempre suena a demagógica pero que se atiene a la realidad. Viene a
corroborarlo otro dato: mientras la taquilla conjunta del cine en Iberoamérica
representa el 8,89% del total mundial, lo logrado por las películas de esa área
no llega siquiera al 1%. Casi siempre en sus países de origen, porque un
problema básico de la producción iberoamericana es que “viaja mal”, siendo muy
difícil –por ejemplo– ver un film español en Colombia, uno mexicano en
Argentina y no digamos uno peruano, boliviano o costarricense en cualquier
lugar.
Presentación del Anuario del Cine Iberoamericano en la Casa de América (Madrid)
Así son las cosas, no como difunden tantos discursos
grandilocuentes. Y aunque les haya mareado un poco con estas cifras, les deseo
feliz verano.
(Publicado en "Turia" de Valencia, julio de 2017).
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