Al hilo del último número de su revista, la Academia de Cine
ha organizado una Jornada sobre “La promoción exterior, clave para el éxito”,
compuesta por tres Mesas Redondas donde se analizaba el tema tanto desde un
punto de vista comercial e industrial como cultural. Las conclusiones no han
sido muy halagüeñas: pese a los esfuerzos de entidades públicas y privadas,
nuestro cine tiene un éxito limitado en los mercados internacionales, casi
siempre unido a películas de género, títulos de animación, films hablados en
inglés o algún nombre especial, caso de Almodóvar. Queda mucho trabajo por
hacer y, siempre pasa, aparece Francia como país de referencia.
"Stand" del cine español en el Mercado del Film de Cannes
Precisamente es Unifrance, el organismo que se dedica a la
difusión de la producción gala en el exterior, el ejemplo que se suele poner a
la hora de poner en pie algo similar entre nosotros. Marco legal existe para
hacerlo: el artículo 37 de la vigente Ley del Cine, de diciembre de 2007,
establece que el Instituto de la Cinematografía (ICAA) “podrá colaborar con entidades públicas o privadas que promocionen el
cine español fuera de nuestras fronteras, buscando una mejor y mayor
comercialización de las películas españolas en el exterior”. Han transcurrido
diez años y –como en otros aspectos de dicha Ley– nada se ha llevado a cabo en
este sentido, porque para una iniciativa mixta como esta, ni la Administración
ha contado con los recursos económicos imprescindibles ni los productores han
demostrado mayor interés en un asunto que prefieren dejar a los poderes
públicos.
Carentes de tan necesario organismo de promoción, cada cual
hace la guerra a su manera, confiando casi siempre en unos vendedores
internacionales que no suelen tener al “producto español” entre sus
preferencias. De hecho, según datos oficiales que se citaron en la Jornada de
la Academia, en 2016 nuestro cine solo ingresó 65 millones de euros por ventas
al extranjero, un incremento del 5% respecto del año anterior, pero una cifra
muy exigua para las dimensiones de la producción nacional. Europa, con un
50,7%, estando Italia y Francia a la cabeza, y Latinoamérica, con un 39,3%,
fueron las áreas donde mayores recaudaciones en salas han obtenido las
películas españolas, mientras que Asia (5,2%), Estados Unidos (3,9%) y Oceanía
(0,9%) completan de manera muy secundaria el panorama mundial. Situación que ya
se está modificando radicalmente por el auge de las plataformas digitales,
alguna de las cuales (léase Netflix) impide el estreno en salas fuera del país
de origen del film, así como por la fuerte alza del mercado chino, con todos
los condicionamientos censoriales y de cuotas restrictivas que ello implica.
"Stand" del cine español en el Mercado del Festival de Berlín
Siendo optimistas, entre un 25 y un 40% del presupuesto de
una producción española puede proceder de sus ventas al extranjero. Pero siempre
que se ajuste a unos parámetros lo más cercanos posible al cine de Hollywood. A
eso se llama, lisa y llanamente, colonización industrial y cultural.
(Publicado en "Turia" de Valencia, noviembre de 2017).
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