Mohammad Rasoulof
Confinado, hay muchas maneras de estarlo, y en el mes largo,
larguísimo que ya llevamos hemos visto ejemplos muy distintos de cómo vivir la
reclusión. Pero cuando el virus se llama represión gubernamental y censura
política, el tema ya adquiere otra dimensión. Es lo que le sucede a Mohammad
Rasoulof, el gran cineasta iraní que ha ganado en fechas muy recientes la
Berlinale por su película There is no
Evil (No hay maldad). Según
noticias de principios de este mes, se encuentra confinado en su casa de
Teherán a la espera de que las autoridades decidan si le meten o no en una de
las múltiples prisiones asediadas por la pandemia para cumplir el tiempo de
cárcel al que se halla condenado. Paradójicamente, es el coronavirus el
“culpable” de que no se le trasladase de inmediato…
Pero no ha sido por el rodaje de este su octavo largometraje
por lo que Rasoulof recibió tal condena a instancias del Fiscal Especial para
Delitos relacionados con los Medios de Comunicación y la Cultura, que le acusó
de “propaganda antigubernamental”. Se
debió a estar rodando, junto con su colega Jafar Panahi, un documental sobre
las manifestaciones masivas de 2010 en protesta por el fraude electoral.
Incluso la condena inicial para ambos fue mayor, de seis años, rebajados a uno en
el caso de Rasoulof tras su apelación, además de sufrir la prohibición de
filmar y de salir al extranjero durante dos años. De hecho, no pudo recibir el
Oso de Oro, sino personas de su equipo, entre ellas la propia hija del
realizador, Baran, actriz de la película.
"There is no Evil", Oso de Oro en la Berlinale de este año
Se compone There is no
Evil de cuatro partes, en las que narra situaciones definitorias de la
dictadura teocrática que rige en Irán. En el Festival de Berlín la película
impresionó por su potencia expresiva y su sentido crítico, que venían a ratificar
cuanto Rasoulof había mostrado en sus trabajos anteriores, cuando cambió el
sentido alegórico que dominaba su cine por un enfoque más directo de la
problemática de su país. Así pudo constatarse en el espléndido ciclo que le
dedicó en 2018 la Semana de Cine de Valladolid, complementado por un libro de
referencia escrito por Jose Cabrera, Diego Morán y Andreea Patru que, bajo el
nombre del director, lleva el subtítulo de “Un cineasta íntegro”, remedando el
nombre de Un hombre íntegro, su película más destacada previa a No hay maldad, que en España distribuirá BTeam.
Con motivo del confinamiento político de Mohammad Rasoulof,
diversas entidades cinematográficas están lanzando una campaña en su apoyo. Para
impulsarla, Wim Wenders, actual presidente de la European Film Academy (EFA),
ha resaltado que “necesitamos voces como
la suya, que defiendan con tanta profundidad los derechos humanos, la libertad
y la dignidad”.
(Publicado en "Turia" de Valencia, abril de 2020).
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