DIEGO GALÁN
El lúcido, y como siempre riguroso artículo que la semana pasada publicó en esta página mi compañero de sección Fernando Lara criticaba las banales afirmaciones del ministro Wert respecto a las subvenciones al cine español. Wert no sabía de qué hablaba, tal como Lara demostró, como tampoco lo saben muchos articulistas que arremeten contra las películas españolas que casi nunca han visto, y especialmente contra quienes las hacen, llamándoles paniaguados, caraduras, mantenidos…a causa de esas subvenciones que no son como ellos ni el ministro creen que son. Alguno de estos periodistas hasta ha llegado a acusar a Javier Bardem de vivir en Miami como un rajá gracias al dinero que “chupa” del erario público español, cuando el actor trabaja con más regularidad en Hollywood, no tiene que “chupar” dinero de nadie… y además vive en Madrid. Son muchas ganas de insultar y pocas de obtener conocimiento.
El ministro Wert ha caído en la misma tentación aunque sólo insulte a la inteligencia y no a las personas, es decir, repite cuatro tópicos alimentados por la derecha más cavernícola (¿hay otra actualmente?) como si fueran verdades de a puño. Pero en su caso, como bien decía Lara, la cuestión es más grave puesto que se trata del ministro de “la cosa” y debería conocer las leyes y procedimientos de las materias de que se ocupa. Lara sí debe de tenerlas bien sabidas puesto que fue aplicado director general del área cinematográfica en el ministerio que ahora ocupa Wert, aunque su gestión disgustara a algunos por rígida y poco amiga de componendas.
Lara se sorprendía en dicho artículo del silencio del gremio del cine ante las disparatadas afirmaciones del ministro —“subvencionar una película que no se estrena es tirar el dinero”, mientras que Lara argumentaba que una película sin estrenar no recibe subvención alguna—, sospechando Fernando de razones ocultas en ese silencio. Perdone el lector si repito algo que seguramente ya leyó en el número anterior de Turia, pero el tema me parece importante y creo que no sobra volver sobre él.
En cualquier caso es una pena que la propia Turia no lo haya incluido en su página web de forma que pueda remitirse con facilidad a través de Facebook, Twitter o alguno de esos medios de comunicación sin los que ya parece que nada existe. ¡Y hay que ver cómo viene sobrecargado Twitter con mensajes constantes sobre las barbaridades gubernamentales de cada mañana! Muchos de ellos son como dagas, otros tratan de relajar algo el ambiente. En este sentido retengo ahora el cartel que han colocado en un bar de Cádiz: “Prohibido hablar de la cosa”. De vez en cuando viene bien un vinito sin que a uno se le atragante, qué narices…
Publicado en "Turia" de Valencia, enero de 2013.
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