"Júlia ist", de Elena Martín (2017)
Decía François Truffaut que, cuando veía una “opera prima”,
consideraba suficiente con que hubiera un solo plano que demostrase la
personalidad de su autor. Júlia ist
tiene no solo uno, sino muchos más que nos señalan a Elena Martín como un
nombre a seguir en el panorama del cine español. Factótum absoluto de la
película, como directora, actriz protagonista y coguionista, su largometraje es
una típica primera obra, con todo lo que conlleva, incluso su carácter
autobiográfico, en una narración marcada por un estilo intimista y naturalista
que la sitúan en la estela de la realizadora francesa Mia Hansen-Love, a la que
ella admira.
Encontramos en Júlia
ist sinceridad, sensibilidad y un profundo deseo de retratar a un personaje
concreto y, por extensión, a una generación marcada por un cierto desarraigo y
el deseo de abarcar realidades nuevas. Júlia llega a Berlín, a los veintiún
años, con la ilusión de cambiar en cierta forma su vida, lejos del contexto
familiar y de una pareja con la que ha perdido capacidad de comunicación.
Aprovechando la posibilidad de un Erasmus en Arquitectura, encuentra una ciudad
fría, más bien inhóspita, donde tarda en entrelazar relaciones personales. “Berlín es una ciudad del presente”,
afirmará su profesor de la Universidad UDK; un presente que para Júlia tarda en
resultar esclarecedor, amable, quizá porque –como le dice su novio barcelonés
vía “Skype”– “no tienes ni idea de lo que
quieres”. Su unión a un grupo de estudiantes que trabaja en un proyecto
sobre arquitectura “flexible”, le dará un cierto apoyo en su tránsito por la
capital alemana. Pero cuando regrese a un paisaje con el mar al fondo en
contraste con la grisura berlinesa, Júlia ya no será la misma. Está más madura,
ha crecido.
Polo opuesto de films como Una casa de locos y sus secuelas, donde Cédric Klapisch mostraba
las supuestas delicias y diversiones en los Erasmus, de Júlia ist se desprende un aura triste, insatisfactoria, en
contraste con la cantidad de fiestas en pisos, cafés, discotecas y “raves” que
pueblan sus imágenes y de una música que supone un factor básico de la
película. Es el precio a pagar por el tránsito a la madurez, que Júlia desearía
más fácil, más cálido y cercano. Incluso mediante una relación amorosa con su
compañero Ben, que se plantea como “de pareja abierta”, pero que acaba siendo
conflictiva cuando surgen los celos y la humillación. Probablemente, porque
conquistar la independencia individual en su pleno sentido depende más de uno
mismo que del entorno que te rodea.
La cámara de Júlia ist
sigue de manera incesante a su protagonista, sin abandonarla en ningún momento.
Es en esa doble mirada sobre ella (exterior en cuanto a actriz; interior
respecto al personaje) donde se revela la valía de Elena Martín, que posee en
el lúcido retrato de una ciudad su otro atributo fundamental. Capaz igualmente
de mostrar las contradicciones humanas: en el éxtasis de la “rave” en el
bosque, Júlia afirma no quererse ir de ese ámbito nórdico que le ha resultado
tan difícil de domeñar. Sin embargo, una amplia y valiente elipsis nos la
muestra ya en su cama mediterránea, de la que despierta rodeada por su familia.
Y cuanto ha sucedido en su estancia berlinesa, el tránsito que ha
experimentado, se refleja en ese rostro sereno y reflexivo recogido por el
prolongado plano final. Como decíamos antes, Júlia no es evidentemente la misma
que se fue de Barcelona…
Elena Martín, directora, coguionista y protagonista de "Júlia ist"
Todo ello en lo que en principio iba a ser una simple
práctica fin de carrera en la Universitat Pompeu Fabra y que ha acabado, como
sucediera con Las amigas de Àgata, film colectivo del que
Elena Martín era también protagonista, en un largometraje que ha cosechado
galardones en Málaga o Barcelona y que ha accedido a las salas comerciales. Al
ya amplio grupo de destacadas obras de cineastas femeninas que han ido
surgiendo en Cataluña durante la última década, Júlia ist se integra por derecho propio, un reconocimiento que los XXVII
Premis Turia vienen ahora a confirmar.
(Publicado en el Extra dedicado a los Premios Turia por "Turia" de Valencia, julio de 2018).
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