Paseo por el amor y la muerte

Texto para la presentación del libro "Tan poderoso como el amor", de César Antonio Molina, en la Librería Ocho y Medio, de Madrid, el 19 de septiembre de 2018.



En el Prólogo de “Tan poderoso como el amor”, César Antonio Molina acude a un verso de “El Cantar de los Cantares”, que establece que “es fuerte el amor como la muerte”. Y, efectivamente, desde ambos conceptos está estructurado todo su libro: el amor como factor humano que, en sus muy distintas vertientes, supone un dique frente al inevitable final. El amor nos hace libres y nos hace esclavos, nos da un sentido a la vida y nos la atormenta en numerosas ocasiones, nos va otorgando, en definitiva, un poder especial para confrontarnos al desenlace del que nadie escapa. Con un vector fundamental que gravita sobre estos dos elementos: el tiempo, que todo lo condiciona, lo acelera o lo retrasa, en un proceso continuo que va modificando tanto a uno como a otra, y que también constituye un elemento fundamental del volumen.

Es “Tan poderoso como el amor” el libro de un apasionado por el cine, pero también el de un poeta, y el de un filósofo, y el de un erudito, y –quizá por encima de todo– el de un romántico que cree realmente que “es fuerte el amor como la muerte”. Ya advierte César Antonio Molina de que “no es una antología de películas”, pero sí es un libro de cine, no solo como “excusa” o “pretexto”, sino como comprensión de que el buen cine es mucho más que un simple entretenimiento capaz de llenar unas cuantas horas. Porque una película puede, e incluso debe, dar origen a una serie de reflexiones no solo sobre la historia que acabamos de contemplar, sino sobre nosotros mismos, sobre quienes nos rodean y todo un entorno dentro del que vivimos en sociedad. Incluso ante un gran film, es posible quedarse con su superficie, con su pátina, con su “película” (en el sentido etimológico de la palabra), pero sería un desperdicio el no profundizarlo hasta su médula porque ello nos enriquecerá como personas. Sería una lástima desaprovechar el caudal de un arte tan enriquecedor, y quizá por ello César Antonio Molina conecta sus cien películas con el pensamiento de autores de todas las épocas con la pintura, la música y hasta con la mitología grecolatina, de la que bebe en numerosas ocasiones. Para formar algo así como un “corpus” multidisciplinar que conforma una clara “cultura humanística”.

He hablado de cien películas, pero son bastantes más a las que hace referencia “Tan poderoso como el amor”, al conectar (como en el caso de las de Chaplin o de Bergman) con la cinta “protagonista” mediante diversas referencias, al igual que sucede entre films de diversos directores. Pero ese centenar de breves capítulos deben degustarse de manera pausada, no uno detrás de otro como si fuera una novela, aunque cada entrada lleva también un resumen del contenido de la trama, lo que le lleva a pensar a su autor que es también “un libro de relatos”. Yo prefiero leerlos poco a poco, pensar sobre ellos y lo que les han motivado, porque, sobre todo, suponen una invitación a la reflexión e incluso a descubrir aspectos nuevos en un film.

En la que también entran títulos españoles que lo merecen, como “El sur”, de Víctor Erice; “Amantes”, de Vicente Aranda; “Los amantes del Círculo Polar”, de Julio Medem, y “La Academia de las Musas”, de José Luis Guerín. Aquellos que se acercan más al cine poético –como decía Rohmer– y con dimensión filosófica que César Antonio Molina ha propugnado siempre, lo mismo que sucede con obras de Kieslowski, Angelopoulos, Visconti, Truffaut o la maravillosa “Los muertos” (“Dublineses”), de John Huston, sobre el texto de Joyce. Comprendiendo desde “Camille” en 1921, todavía en el cine mudo, hasta “La correspondencia” en 2016. Un enorme arco temporal que “Tan poderoso como el amor” va recorriendo cronológicamente, pero siempre con esa triple idea amor/muerte/tiempo como núcleo de referencia. En una selección que podría ser otra, cierto (porque casi toda película contiene una historia de amor y, a menudo, de muerte, dentro de un arte del tiempo como es el cine), pero que resulta perfectamente válida.

César Antonio Molina

Cada uno, de forma particular, puede tener sus preferencias por aquel o este capítulo o entrada. Yo no voy a “descubrir” los míos; se lo dejo al placer de cada lector de “Tan poderoso como el amor”. Tampoco descubriré la película que, más allá de reparos puntuales sobre otras, es la única de las elegidas sobre la que César Antonio Molina muestra su disconformidad, igual que con el cineasta que la ha creado. Descúbranlo y descubran todo el libro por ustedes mismos, se lo recomiendo, dentro de esta “meditación filosófica” en la que su autor, con un optimismo romántico que le honra, confiesa “optar claramente por el amor frente a la muerte”. Nada más y nada menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario