Habrán visto su logotipo (la palabra EURIMAGES atravesada por
la estela azul de dos estrellas amarillas que se elevan al cielo) en los
títulos de crédito de muchas películas. Pero quizá no sepan exactamente a qué
corresponde tal grafismo. Pues bien, se trata de un Fondo de Coproducción
cinematográfica auspiciado por el Consejo de Europa y radicado en Estrasburgo, en
el que participan actualmente 36 países de nuestro continente, estén o no en la
Unión Europea. Con una dotación aproximada de veinticinco millones de euros
anuales, aportados en su mayoría por esos países en función del volumen de su
industria audiovisual, Eurimages se ha convertido en un instrumento necesario
para el desarrollo de las cinematografías europeas. Se completa con el Programa
MEDIA, incluido en el más genérico de Europa Creativa, radicado en Bruselas,
cuyo objetivo es favorecer la distribución y exhibición de los films de los
países de la Unión.
Creado en 1988, aunque operativo desde el año siguiente, como
alternativa a la invasión de las películas de Hollywood, Eurimages ha apoyado
desde su nacimiento hasta ahora a 1.619 coproducciones –de, al menos, dos
países– con un total de 492 millones de euros. No son subvenciones a fondo
perdido, sino créditos que hay que devolver si el film obtiene beneficios,
aunque la verdad es que no demasiadas veces se llega a este reembolso. Valga el
caso español: de las doscientas películas de nuestro país que han logrado el
respaldo de Eurimages (el 10% de ellas de una misma productora, Tornasol
Films), tan solo una ha devuelto su crédito, Mar adentro…
Suelen presentarse unos 180 proyectos cada año a lo largo de
cuatro convocatorias, y “aprueban” habitualmente la mitad de ellos por decisión
del Comité en el que están representados todos los países que integran el
Fondo, tras un análisis de los guiones por grupos de “expertos” y de los
proyectos en su conjunto por grupos de producción. No se puede conceder una
ayuda que supere el 17% del presupuesto de la película ni mayor de 500.000 euros.
Eurimages quiere abrirse en un futuro a países no incluidos en la órbita
europea, como Canadá o Israel, y a proyectos innovadores donde no se valore
tanto el guion en concreto sino el concepto global que lo inspira, así como a
series de internet e incluso videojuegos.
Se habló de todo ello en la Sesión Informativa que organizó
hace unos días el ICAA y que conmemoraba el cuarto de siglo del Programa.
Acudieron a la cita el italiano Roberto Olla, Director Ejecutivo de Eurimages,
y sus colaboradores españoles Isabel Castro y Sergio García de Leániz, quienes
mantuvieron un debate con los asistentes. Aparte de datos y cifras como los mencionados,
algo quedó muy claro: el cine europeo necesita estar unido al máximo si quiere
prevalecer en un panorama tan problemático como el actual.
(Publicado en "Turia" de Valencia, noviembre de 2014).
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