Krzysztof Kieslowski
La Filmoteca de la Generalitat Valenciana está desarrollando
un importante ciclo dedicado al cineasta polaco Krzysztof Kieslowski, uno de
los grandes autores contemporáneos y de cuyo prematuro fallecimiento en 1996 se
van a cumplir pronto los veinte años. Ya la pasada semana la sección “El huevo
de Colón” de la Turia recomendaba
esta muestra, comentada puntualmente por Antonio Lloréns en su página habitual
“El rincón de la Filmo”. Pero conviene insistir en la oportunidad excepcional que
supone encontrarse o reencontrarse con la obra de Kieslowski, un maestro
aclamado en su momento por películas como La
doble vida de Verónica (1991, la primera que realizó fuera de Polonia), su
trilogía Tres colores: Azul, Blanco,
Rojo (1993-94) o su serie televisiva Decálogo
(1988-89), de la que extraería dos largometrajes: No matarás y No amarás.
Se le consideró entonces como uno de los máximos ejemplos de
“cine de autor”, con un mundo propio y un estilo inconfundible donde se aunaban
la sutileza, la ambigüedad y el carácter entre realista y poético de sus
propuestas, siempre algo misteriosas. Sin embargo, y a consecuencia de las
modas que tanto funcionan en el terreno cinematográfico, su estrella parece
haber declinado de manera muy injusta, sustituido por otros “ídolos”. Por ello,
urge recuperar a Kieslowski, aprender de él, de su amplia etapa documental y de
sus trece largometrajes, además del citado Decálogo.
Murió todavía joven, con apenas 55 años, pero dejando tras de sí una obra tan
personal como sugerente y fructífera.
Coincidiendo con este ciclo, que se proyectará asimismo en diversas
cinematecas, se ha publicado el libro “La doble vida de Krzysztof Kieslowski”,
escrito por once críticos polacos y españoles y coordinado por Joanna
Bardzinska, que han editado Donostia Kultura y Filmoteca Vasca. Sorprende al
leerlo que, contrariamente a lo que sucede en muchos libros colectivos, todos
los textos tienen similar interés y se unen de forma que se enriquecen unos a
otros hasta formar un “corpus” coherente. Lo que habla muy bien del trabajo de
quien los ha coordinado, ya provengan de publicaciones anteriores o
especialmente escritos para la ocasión, caso de los firmados por César
Ballester, Antonio Santamarina, Eduardo Rodríguez Merchán, Federico García Serrano
y Julio Rodríguez Chico, por su orden de aparición en el volumen. Un
instrumento desde ahora imprescindible para conocer la obra de Kieslowski y
tener la satisfacción de profundizar en ella.
Solo falta que alguna editorial de nuestro país se decida a
traducir y publicar “Kieslowski on Kieslowski”, una especie de “Mi último
suspiro” buñueliano aplicado al autor polaco. Lo elaboró Danuta Stok sobre las conversaciones
mantenidas con él entre 1991 y 1993, y sería la manera perfecta de recuperar a
un cineasta cuya memoria nunca debería haberse debilitado.
(Publicado en "Turia" de Valencia, octubre de 2015).
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