Sin que parezca que haya una amenaza concreta, las medidas de
seguridad se han extremado este año en Cannes. Niza está muy cerca y el
recuerdo de lo que allí sucedió, como también en París, permanece en carne
viva. Aunque por discreción lógica no se ha revelado el número de efectivos de
los cuerpos de seguridad del Estado que se han puesto en marcha (además de 400
agentes privados y personal “camuflado”), no hace falta más que pasear por la
ciudad, sobre todo a medida que nos acercamos al Palais del Festival. Soldados
armados con metralleta, voluminosas jardineras en las calles, helicópteros
sobrevolando, barcos de la Armada en la bahía, dispositivos anti-drones…, y un
incesante control de cuantos intentan entrar en el Palacio para seguir las
proyecciones o acceder al Mercado del Film. Concretamente, en la mañana del
jueves ha resultado un auténtico calvario para muchos periodistas cumplir con
su trabajo, pasando revisión tras revisión con mucho más celo que en la mayoría
de los aeropuertos. Hasta el punto de que –cosa muy rara aquí– la proyección de
las 8.30 se ha retrasado veinte minutos para que pudiera acceder una marea de
informadores que se hallaban retenidos en los controles de entrada.
"Wonderstruck", de Todd Haynes
Era la sesión que correspondía a ‘Wonderstruck’, de Todd
Haynes, una de las películas más esperadas de la Sección Oficial y que, tras el
impacto que supuso ‘Carol’ hace dos años, abría la competición. Si alguien
quiere escribir un ensayo sobre las diferencias entre la realidad y la ficción,
no tenía más que ver el film tras haber sufrido las inclemencias (entendibles)
de la extrema vigilancia. Frente a ese pavor antiterrorista, nos encontramos
con una especie de cuento para adultos interpretado básicamente por niños, un
“acid trip for kids”, en definición del propio Haynes.
Pero cabe hacerse una idea más cercana de su contenido si
ustedes recuerdan ‘La invención de Hugo’, que Martin Scorsese dirigiera en
2011, con gran éxito mundial. El motivo del parecido es muy sencillo: ambas
películas parten de libros del mismo autor, Brian Selznick, que también ha
desarrollado el guion de esta segunda. Publicado en España por Ediciones SM
bajo el título ‘Maravillas’, el relato se centra en un niño y una niña
discapacitados auditivos que, en dos épocas separadas por medio siglo (1927 y 1977),
se escapan a Nueva York en busca de sus progenitores. Cómo se entremezclan esas
dos historias, la recreación neoyorquina de ambos periodos –en blanco y negro
el más antiguo–, junto al habitual interés de Haynes por personajes aislados de
su mundo y en imperiosa búsqueda de “calor humano”, constituyen los puntos
fuertes de ‘Wonderstruck’, aunque sin alcanzar la brillantez lograda por el
Scorsese de ‘La invención de Hugo’.
"Nelyubov", de Andrei Zvyagintsev
Por aquellas casualidades de la programación de un Festival,
también de un crío de doce años que se escapa de su casa nos habla ‘Nelyubov’,
del estupendo cineasta ruso de apellido impronunciable, Andrei Zvyagintsev, a
quien se deben títulos de la valía de ‘El regreso’, ‘Elena’ o, sobre todo,
‘Leviathan’, que obtuvo en Cannes de 2014 el Premio al mejor Guion. Pero en
este caso el niño fugitivo lo hace huyendo de sus padres, en un muy hostil
proceso de divorcio que le hace sufrir profundamente. Su búsqueda por parte de
ellos conforma la mayor parte de una película cuyo nombre internacional es ‘Loveless’
(‘Falto de amor’) y que participa a concurso.
De tal carencia habla nítidamente Zvyagintsev, ofreciendo un
retrato bastante acerado de la actual burguesía acomodada rusa. Al igual que en
sus obras anteriores, encontramos en este caso una reflexión moral sobre los
comportamientos individuales y colectivos, en un momento especial afectado por
la guerra de Ucrania. Ese sustrato moral, ese cuestionamiento ético de toda una
sociedad efectuado mediante una estética muy meditada (con acento especial en
la planificación y el uso de la música de Arvo Pärt, entre otros), es lo que
realza ‘Nelyubov’, al que quizá sobran ciertos pasajes excesivamente
demostrativos y casi didácticos. Lo que no impide que esta huída del pequeño
Aliosha quede bien presente entre los espectadores.
(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 19 de mayo de 2017).
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