Ken Loach, tras recibir la Palma de Oro por "I, Daniel Blake"
Discutir el Palmarés de un Festival es como discutirle a un
árbitro cuando pita un penalti: no sirve de nada. En definitiva, los premios
solo reflejan la opinión de un grupo de personas, nueve en el caso de Cannes,
que muestran sus preferencias ante los demás. Cada espectador, cada crítico,
tiene su Palmarés y cuanto no se adecue a él, lo considerará injusto. Aunque
hay ocasiones en que el disparate resulta demasiado evidente, que no hay duda
de que la falta del defensor se ha producido varios metros fuera del área.
Desde mi punto de vista, tan subjetivo como cualquiera,
otorgar la Palma de Oro a otra película que no fuese ‘Paterson’, de Jim
Jarmusch, ya era una injusticia. Pero dado que el Jurado presidido por George
Miller, el creador de ‘Mad Max’, no lo ha creído así, me alegro profundamente
de que el galardón haya ido a manos de Ken Loach por ‘I, Daniel Blake’. No solo
porque se trata de un film excelente, en que el cineasta británico da otra
vuelta de tuerca a su reflejo de una problemática social a la que cuestiona en
toda su amplitud y gravedad, sino por la personalidad quizá irrepetible del
propio Loach. Luchador infatigable, tan ligado a la Semana de Valladolid, ha
ido desarrollando una obra de coherencia indiscutible, con un estilo directo y
comunicativo, siempre del lado de los más desfavorecidos de la sociedad. Si ya
había obtenido la Palma de Oro hace una década por ‘El viento que agita la
cebada’, ahora, con ‘I, Daniel Blake’, pasa a pertenecer al escaso grupo de
cineastas que cuentan con ella por segunda vez. Y está bien que sea así, que un
director que va a cumplir 80 años el próximo mes, vea coronada una carrera que
inevitablemente se acerca a su final. Aunque nadie lo diría escuchando sus
enérgicas palabras de aceptación del premio, acompañado por su imprescindible
guionista Paul Laverty, con su apasionada defensa del cine que intenta cambiar
el mundo y su denuncia del neoliberalismo. Los viejos trotskistas nunca mueren…
Pero si ha habido una edición en que las opiniones de la
crítica internacional y las del Jurado han estado distantes, pocas como en
esta. De hecho, las cinco películas preferidas por los periodistas (‘Toni
Erdmann’, ‘Paterson’, ‘Aquarius’, ‘Sieranevada’ y ‘Elle’) ni siquiera han
entrado en el Palmarés, en una decisión global que deja bastante estupefacto. Y
que hace dudar de los criterios empleados por un “sanedrín” que, además de
Miller como presidente, formaban los realizadores Arnaud Desplechin y László
Nemes, las actrices Kirsten Dunst, Vanessa Paradis y Valeria Golino, también
directora, los actores Donald Sutherland y Mads Mikkelsen, y la productora iraní
Katayoon Shahabi. Preferir a esos títulos citados el histrionismo expresivo de
‘Juste la fin du monde’, el fallido ejercicio de género de ‘Personal Shopper’ o
la vuelta al ya rancio cine independiente de ‘American Honey’, revela una
carencia de juicio realmente notable.
Jaclyn Jose, Premio a la Mejor Actriz por "Ma'Rosa"
Como también asombra que se hayan despreciado por completo
los sobresalientes trabajos de Isabelle Huppert en ‘Elle’, de Sonia Braga en
‘Aquarius’ o de Sandra Hüller en ‘Toni Erdmann’, para optar por la Jaclyn Jose
de ‘Ma’Rosa’ como Mejor Actriz, por más que resulte muy estimable su labor en
la película del filipino Brillante Mendoza, con un impactante primer plano
final en el que van asomando las lágrimas de la protagonista ante la injusticia
sufrida a causa de la corrupción policial, y que quizá haya quedado en la
memoria del Jurado. En cuanto a los intérpretes masculinos, no había
actuaciones del nivel de las femeninas, aunque el Adam Driver de ‘Paterson’
destacaba entre ese exiguo grupo de actores relevantes. Le han concedido el
premio, como se lo podrían haber dado a cualquier otro, al iraní Shahab
Hosseini por ‘El cliente’, la única película que aparece por partida doble en
el Palmarés, también –con mayor motivo– por el guion de Ashgar Farhadi.
Juanjo Jiménez obtuvo la Palma de Oro para cortometrajes por "Timecode"
Motivo de especial alegría es la Palma de Oro obtenida por el
cortometraje ‘Timecode’, de Juanjo Giménez, que viene a unirse al Premio de la
Semana de la Crítica para ‘Mimosas’, de Oliver Laxe, en una buena cosecha nacional,
por más que la ‘Julieta’ de Almodóvar haya quedado postergada. En la ceremonia
de clausura, Giménez tuvo el detalle de recordar que, a lo largo de las 69 ediciones
del Festival, solo ‘Viridiana’, de Luis Buñuel (cineasta ya periclitado y de
otro tiempo, en opinión de Pablo Iglesias…), había logrado para el cine español
el mismo galardón. Esa obra maestra de Luis Buñuel que, en la encuesta que
acaba de efectuar la revista especializada ‘Caimán’, queda valorada como la
mejor de toda la historia de nuestra cinematografía.
Ha finalizado Cannes 2016. Les espero, el año próximo, en el
70 Aniversario.
(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 24 de mayo de 2016).
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