Hace ya tiempo que el documental tomó carta de naturaleza en
los festivales llamados “generalistas”; es decir, aquellos en que se muestra
todo tipo de películas. Para ser justos, hay que decir que la Semana de
Valladolid fue pionera en este terreno, al crearse la sección “Tiempo de
Historia” en 1984, cuando los documentales estaban limitados a los certámenes
especializados en ellos. Poco a poco fue variando la situación, hasta el punto
de que hoy no resulta nada extraño que alternen con los films de ficción al
mismo nivel y en idéntico apartado. E incluso que los superen en relevancia e
interés, como ha sucedido en la jornada de ayer de Cannes con ‘Le dernier des
injustes’, de Claude Lanzmann, y ‘L’Image manquante’, de Rithy Panh.
Autor de la monumental ‘Shoah’, la obra cinematográfica más
importante que se haya realizado sobre el Holocausto, Lanzmann vuelve a él para
recuperar la muy importante entrevista que mantuvo en Roma durante 1975 con
Benjamin Murmelstein, el último de los decanos del Consejo Judío del
“ghetto”/campo de concentración de Terezin, cerca de Praga. Era este Consejo el
encargado de organizar la vida diaria, la intendencia y el control interno de
los recluidos en cada campo; y en Terezin tal labor tenía un sentido especial
porque la propaganda nazi, y concretamente Adolf Eichmann, lo presentaban como
un “modelo” de su política respecto a los judíos. Muchos acusaban a ese
Consejo, y más directamente a sus decanos o presidentes, de colaboracionismo
con el régimen de Hitler, de facilitar el brutal trabajo represivo que ejercían
las SS. Por el contrario, Murmelstein defiende que, gracias a ellos, los
detenidos aliviaron sus padecimientos cotidianos, que su intercesión resultó
fundamental para que la crueldad no llegase a dimensiones todavía más
insoportables.
Debate abierto todavía, que plantea cuestiones éticas
fundamentales, ‘Le dernier des injustes’ lo aborda a lo largo de casi cuatro
horas, en las que lo fundamental, lo auténticamente revelador, es la mencionada
entrevista: Lanzmann no consideró adecuada integrarla en ‘Shoah’ porque se alejaba
de su estructura e intenciones; si ahora, ya con casi 88 años, lo hace, es
porque le parece justo que se conozca antes de que él desaparezca. Así lo
manifestó en la presentación de su documental, dentro de una sesión en la que
estuvieron presentes la Ministra francesa de Cultura y la esposa del presidente
Hollande, llegada especialmente de París para la ocasión. Igualito que en
España…
Si Lanzmann tiene el Holocausto como tema casi monográfico de
su filmografía, el camboyano Rithy Panh la dedica al despiadado régimen de los
Jemeres Rojos y la dictadura de Pol Pot en los años 70. Lo hizo de manera
magistral, sobre todo en ‘S21’ y en ‘Duch’, de 2002 y 2010 respectivamente, y
vuelve a hacerlo ahora en ‘L’Image manquante’. Con una doble variación: emplea
en este caso la narración autobiográfica y reproduce las situaciones, además de
con documentos de la época, con un espléndido “retablo” de figuritas esculpidas
en madera por Sarith Mang. Lo que para Panh –que entonces era un adolescente
cuyo padre había sido asesinado por el régimen– significó aquel terrible
periodo, conforma su lúcido y sensible relato de hasta qué punto puede llegar
un régimen despótico en su intento de modelar a su gusto a todo un pueblo.
Ya decía al comienzo que, ante estos dos potentes
documentales, habían palidecido las películas de ficción programadas en la
Sección Oficial. La verdad es que no eran grandes rivales, porque tanto la
japonesa ‘Shield of Straw’, de Takashi Miike, como la franco-norteamericana,
fuera de concurso, ‘Blood Ties’, de Guillaume Canet, no van más allá de lo
convencional y archiconocido. La primera, parte de una idea prometedora: cómo
una supermillonaria recompensa por matar a un criminal, ofrecida por el abuelo
de una niña asesinada, puede convertirle en objetivo a abatir por parte de
todos, agentes incluidos. Pero lo que viene después, incluyendo el destrozo
masivo de coches de policía por parte de un camión cargado de nitroglicerina,
no escapa del consabido cine de acción a la “manera americana”. Del que tampoco
escapa la más psicológica ‘Blood Ties’, film ya visto muchas veces, por ejemplo
el francés ‘Les liens du sang’, del que supone un innecesario “remake” rodado
en Nueva York.
¡Ah! ‘Shoah’ y ‘S21’ estuvieron en su momento en “Tiempo de
Historia”. Esperamos que suceda otro tanto con ‘Le dernier des injustes’ y
‘L’Image manquante’.
Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 21 de mayo de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario