El Jurado de Cannes confirma los pronósticos



Como sucedió hace tres años con ‘Tío Boonmee, que recuerda sus vidas pasadas’, España vuelve a llevarse un trocito de Palma de Oro con la tan justamente obtenida por ‘La vie d’Adèle’. Gracias a la participación financiera de Andrés Martín (Vértigo Films), algo de ese máximo premio de Cannes tiene que ver con nuestro país, en un año en el que precisamente apenas ha estado representado. La excelente película del tunecino afincado en Francia Abdellatif Kechiche, centrada en la pasión amorosa de dos mujeres, partía como favorita en todos los pronósticos, y el Jurado presidido por Steven Spielberg ha venido a confirmar lo que era el sentir general. Así lo demuestra también el que haya logrado el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI), en una coincidencia que no suele producirse. Una vez más, hay que insistir en que ‘La vie d’Adèle’ ha sido la “película del Festival” y con esta consideración quedará para el futuro.

Conviene señalar, por si no se sabe suficientemente, que –según establece el reglamento del certamen– la película que obtenga la Palma de Oro no puede figurar en más ocasiones dentro del palmarés, al entenderse que su valía se extiende a todos los apartados del film. De ahí que sus actrices, y en especial la gran revelación que supone Adèle Exarchopoulos, no hayan obtenido el Premio a la Mejor Interpretación Femenina, que ha recaído en la también notable Bérénice Bejo de ‘Le passé’ (¿la recuerdan como la fan/estrella de ‘The Artist’?), del iraní Asghar Farhadi. Ya sucedió el pasado año con Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva en ‘Amour’ y, lo mismo que entonces, el Jurado ha querido asociar el nombre de las protagonistas a la Palma de Oro, queriendo así dar el relieve que merece su trabajo.

También los otros dos títulos que citábamos ayer como “fijos” en las quinielas, han quedado ratificados en el palmarés: ‘Inside Llewyn Davis’, de los hermanos Coen, con el Gran Premio del Festival –segundo en importancia– para una obra que sabe reflejar el ambiente musical del Greenwich Village neoyorquino a comienzos de la década de los sesenta a través de la historia de un perdedor; y ‘A Touch of Sin’, de Jia Zhangke, cuya acerado retrato de la China actual se ha visto recompensado con el Premio al Mejor Guion. Mientras que también hacia Oriente, Japón en este caso, se ha ido el Premio del Jurado para ‘A tal padre, tal hijo’, donde Hirokazu Kore-Eda demuestra su conocimiento del mundo infantil, aunque en este caso el protagonismo recaiga sobre unos padres que se enteran de que su hijo no es biológicamente suyo. Y para que las recompensas a las cinematografías orientales no quedasen en estos dos títulos, la Cámara de Oro a la Mejor Opera Prima (en cuya decisión intervenía Isabel Coixet) ha llegado a Singapur por ‘Ilo Ilo’, de Anthony Chen, sobre la relación entre una familia y su sirvienta, presentada en la Quincena de Realizadores; y el Gran Premio de la sección paralela Un Certain Regard, también con Enrique González Macho como jurado español, recompensaba al sensible y lúcido documental del camboyano Rithy Panh, ‘L’Image manquante’.

Solo dos decisiones en el palmarés han sorprendido realmente: la de Amat Escalante como Mejor Director por ‘Heli’, un duro y considerable reflejo de la violencia existente en amplias zonas de México, repitiéndose lo que en la pasada edición sucedió con su compatriota Carlos Reygadas; y el de Mejor Actor para Bruce Dern por ‘Nebraska’, de Alexander Payne, quizá un tributo de Spielberg al ya muy veterano actor norteamericano, en un papel pasivo y con escasa expresividad dada la situación física y mental de su personaje, que palidece frente al Michael Douglas de ‘Behind the Candelabra’, el Óscar Isaac de ‘Inside Llewyn Davis’ o el Toni Servillo de ‘La grande bellezza’, sin duda la gran perdedora de esta edición.

Pero, en términos globales, se trata de un buen palmarés, equilibrado y que parece estar muy meditado, sin esos incomprensibles “disparates” de otras ocasiones y que se han dado no solo en Cannes. A su Jurado Internacional de este 2013 se le puede aplicar aquella frase que decían los actores del Siglo de Oro al finalizar sus actuaciones: “Perdónense nuestros errores si acertamos en lo principal”… Hasta el próximo año.

Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 27 de mayo de 2013


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