Acierta la Academia al concederle su “Premio Alfonso Sánchez”
a la Turia. Definido como “un reconocimiento a la labor de los medios
y sus profesionales por divulgar y promocionar el cine español”, muy pocos
pueden reunir tantos méritos para lograrlo como nuestra querida Cartelera.
Llega además el galardón en un año tan especial como su 50 Aniversario, en cuya
cifra se resume una larguísima trayectoria a favor del buen cine. Hay que
destacar que en sus páginas se han registrado, comentado y criticado todas las
películas españolas (también las de fuera) exhibidas en Valencia desde 1964,
acompañadas a menudo con entrevistas y encuentros con sus responsables. Y que
parte de ese recorrido se ha complementado con los Premios Turia, que ya van a
celebrar su 23 edición y que han conseguido un fuerte prestigio por sus
aciertos e incluso por su heterodoxia. Enhorabuena, por tanto, a los que hacen
cada semana la revista y a sus lectores, expresada por quien pone cada quince
días un granito de arena mediante esta sección.
Creado por la Academia en 2010, el “Premio Alfonso Sánchez”
ha recaído anteriormente en el programa de TVE “Versión española” y mi
compañero Diego Galán (ex aequo), Antonio Gasset, Oti Rodríguez Marchante y
Conxita Casanovas, a quienes sin duda unen con la Turia su interés por nuestro cine, su dedicación a él y una amplia
tarea en beneficio de su conocimiento por parte del público, ya sea a través de
la televisión, la prensa escrita o la radio. Lo que no significa un afán siempre
encomiástico ni elogioso, ni mucho menos propagandístico. Todo lo contrario: el
ejercicio de una crítica libre, unida a una información solvente y un llamar a
las cosas por su nombre, incluso –o sobre todo– cuando no gustan o son
mejorables. En concreto, la Turia se
ha manifestado en sus cinco décadas de esa manera libre y desprejuiciada, con
un estilo muy propio, lo que le ha causado a menudo disgustos y problemas,
especialmente durante la época del franquismo y la censura. Pero con el
objetivo bien preciso de la defensa del cine español en sus diversas
modalidades y protagonistas, pesara a quien pesara.
Ha sido la Turia,
además, “cuna” de diversos cineastas valencianos –como recordaba Antonio
Lloréns hace unas semanas– y también de novelistas y ensayistas, además de
albergar en sus páginas a innumerables escritores y periodistas de muy distinto
registro. Si su supervivencia casi resulta un milagro (quizá no por casualidad sus
dependencias están situadas en la calle del mismo nombre) durante estos tiempos
de desprecio y marginación de la cultura, la valía de su apuesta se ha ido
acrecentado desde sus inicios. Y estoy seguro de que muchos otros premios como
el de ahora de la Academia de Cine le seguirán llegando a lo largo de estos
meses de cumpleaños.
(Publicado en "Turia" de Valencia, mayo de 2014).
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