Frente a un cine complejo, alambicado e incluso difícil de
entender, el Jurado de Cannes ha optado para la Palma de Oro por una película
de características totalmente contrarias, ‘Anora’, de Sean Baker, de gran
sencillez y capacidad de comunicación con el público. Un poder de comunicación
que se comprobó en el pase oficial del film que, como señalamos en la crónica
del día de su proyección, provocó en numerosas ocasiones las risas de los
espectadores, como excepción de un programa marcado por lo grave y enjuto de
sus temáticas. Así, esta Palma de Oro viene a premiar ese cine de calidad capaz
de atraer, al tiempo, a una numerosa audiencia hacia las taquillas.
Particularmente, mi opinión sobre ‘Anora’ (nombre de la
protagonista, aunque prefiere que la llamen Annie) es que tiene una primera
parte formidable, muy divertida, para caer posteriormente su frenético ritmo
antes de entrar en un tono final casi de parodia. La “contrahistoria” de ‘Pretty
Woman’, con su prostituta o “escort” formando pareja con un riquísimo hijo de
la oligarquía rusa, a cuyo matrimonio entre ambos se opondrá radicalmente la
familia del muchacho, muestra la potencia empática y la habilidad de Sean Baker
al narrarla, como ya sucediese en aquel ‘The Florida Project’ que le diese a
conocer en 2017. Pero no siempre puede mantener su película a la altura del alto
listón que él mismo se ha marcado, y ese su principal obstáculo.
El resto de las decisiones del Jurado Internacional tiene el error
decisivo de haber dejado a Mohammad Rasoulof y su ‘La semilla de la higuera
sagrada’ con un simple Premio Especial que suena a componenda y a querer quedar
bien tanto con el cineasta iraní exiliado como con el propio certamen, que se
atrevió a programarla. Por el contrario, su máximo acierto es situar en órbita,
con el Gran Premio del Festival, a la cineasta india Payal Kapadia y su ‘Todo
lo que imaginamos como luz’, cuya valía ya destaqué en la pasada crónica.
También realzar al portugués Miguel Gomes con el Premio al Mejor Director
supone una apuesta por una propuesta personal e imaginativa como la desarrollada
en ‘Grand Tour’.
Que un alguien se atreva a no premiar al autor griego, por
más que sea mediante persona interpuesta, parece lejos de la actual realidad festivalera.
Sí han quedado fuera del Palmarés nombres tan ilustres como los de Coppola,
Cronenberg, Schrader, Sorrentino, Jia Zhang-ke o Andrea Arnold. Pero como cabía
temer, y anuncié en su momento, la “gore” ‘The Substance’ ha accedido a él,
nada menos que destacándola como Mejor Guion, lo que supone un verdadero
atentado al sentido común.
Pese a haber mejorado notablemente en su segunda mitad, la
calidad media de esta 77 edición de Cannes ha resultado muy inferior a la
excepcional del pasado año. Si ustedes lo siguen queriendo, volveremos a
encontrarnos en la de 2025.
(Publicado en "El Norte de Castilla", 27 de mayo de 2024).
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