Cuando un personaje real es abordado por una película, se presupone que es para profundizar en él y arrojar luz sobre su trayectoria. Así se esperaba de ‘The Apprentice’ al referirse al ascenso hacia el poder (todavía solo económico, no político) de Donald Trump. Pues no, el film del realizador iraní afincado en Dinamarca Ali Abbasi no aporta apenas nada que no supiéramos sobre tan funesto Presidente, y su trama se resuelve de forma plana por las diversas fases que Trump va cumpliendo, sobre todo tras la inauguración de su famoso hotel neoyorquino. En todo caso, Abbasi, a quien se debían dos buenos films como ‘Border’ y ‘Holy Spider’, tiene el acierto de destacar la influencia en él de un “conseguidor” como Roy Cohn, gracias también a la buena interpretación que hace Jeremy Strong, muy conocido por su Kendall Roy de la serie ‘Sucesión’. Pero poco más que eso.
Tampoco el cineasta ruso, exiliado en Berlín desde la
invasión de Ucrania, Kirill Serebrennikov va demasiado lejos en su reflejo del
escritor, activista y provocador Édouard Limonov. Su película es tan desleía
como decoloradas sus imágenes, más preocupado el buen director de ‘La mujer de
Tchaikovsky’ en la ambientación del recorrido de su protagonista por Moscú,
París o Nueva York que en penetrar psicológicamente en él. Tras más de dos
horas y cuarto de proyección, ‘Limonov-The Ballad’ no conocemos de este
desagradable personaje, violento, egocéntrico y desconcertante, mucho más que
su físico. Emmanuel Carrère (que aparece en la película como un periodista) lo
hizo notablemente mejor en su libro sobre Limonov, de 2011.
De mucha mayor valía es ‘Caught by the Tides’, cuyo título
original parece aludir a una ‘Generación romántica’ o ‘Generación a la deriva’,
del prestigioso director chino Jia Zhang-ke. Superada la cincuentena, ha
participado frecuentemente en Cannes con films significativos como ‘Más allá de
las montañas’ o ‘Un toque de violencia’, además de ganar el León de Oro de
Venecia por ’Naturaleza muerta’. Ahora, su trabajo tiene la peculiaridad de
estar rodado en dos etapas con veinte años de distancia entre sí, al afrontar
la historia de una pareja que transita de manera muy distinta por este largo
tiempo, para lo que hasta ha aprovechado descartes de otros films suyos. Con
sus habituales intérpretes, Li Zhubin y Zhao Tao, traza una historia de amor y
separación, pero dando prioridad al principal tema de ‘Caught by the Tides’, ya
habitual en el reciente cine chino: la cartografía de un país que ha cambiado
radicalmente de piel, con sus inmensos pantanos, sus rascacielos, sus ciudades
plagadas de franquicias, su poderío económico, que tanto ha influido en los
millones que lo habitan.
Por circunstancias personales, me siento muy condicionado a
la hora de escribir sobre ‘The Shrouds’ (‘Los sudarios’), en la que David
Cronenberg se atreve, una vez más, con el tema de la muerte, de los seres que
desaparecen y de la profunda huella que dejan en quienes sobreviven. Su protagonista,
que no puede superar el duelo por el fallecimiento de su mujer a causa de un
cáncer, inventa un sistema por el cual conocer el estado de los cadáveres
enterrados. Puro Cronenberg, tanto en la potencia de unas imágenes graves, a
menudo sensuales y siempre sugerentes, como en la incógnita del sentido final
de la narración, que deja a la opción individual de cada espectador.
(Publicado en "El Norte de Castilla", 22 de mayo de 2024).
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