En tiempos de tantas dudas sobre el porvenir del cine en las
salas, el primer Festival del mundo parece, por tanto, querer aportar serenidad
con el apoyo de auténticos referentes de su trayectoria. Realizadores
veteranos, desde los 87 años de Loach hasta los 66 de Kaurismaki, a los que
habría que añadir algunos que figuran en muestras paralelas dentro de la
Selección Oficial, como Martín Scorsese y sus 80 años, los mismos de Harrison
Ford, con las películas quizá más esperadas del certamen (Killers of the Flower Moon, de casi tres horas y media de duración,
y la quinta entrega de Indiana Jones) o Takeshi Kitano, con 76. Hay sí, algunos
debutantes, pero por lo general en las secciones paralelas, Un Certain Regard,
la Quincena de Cineastas –que, para ser más inclusivos, ha cambiado de nombre
desde el anterior Quincena de Realizadores– y la Semana de la Crítica. También
resulta destacable que en la Competición Oficial haya siete directoras, signo
de los tiempos que por fortuna corren, lo que significa hasta un tercio de dicha
sección.
Igualmente, son dos nombres de la veteranía de Víctor Erice y
Pedro Almodóvar, con tan solo una década de diferencia de edad entre ellos, de
83 a 73, los encargados de representar a nuestro país entre los elegidos por el
Comité de Selección, aunque ambos fuera de concurso. Sin duda, el tan esperado
regreso de Erice con Cerrar los ojos supone
un acontecimiento para el cine español e incluso internacional. Mientras que
Almodóvar muestra un mediometraje de 31 minutos, Extraña forma de vida, financiado por la división cinematográfica
de la firma Yves Saint-Laurent, donde muestra una historia de amor “gay” en un
ambiente de “western”, al estilo de Brokeback
Mountain. La escasa gente joven de nuestro cine la hallamos en la Quincena
gracias a la directora y actriz Elena Martín, con su Creatura; y los cortos Aunque
es de noche, de Guillermo García López, en la Sección Oficial de este
formato; Contadores, de Irati Gorostidi,
en la Semana de la Crítica, y la práctica de la Escuela de Cine de Catalunya
(ESCAC) Trenc d’Alba, de Anna
Llargués, en La Cinef, muestra dedicada a los centros de enseñanza.
Toda esta ingente marea de películas, cineastas, “estrellas”
y demás parafernalia cannesina ha comenzado, mal, con Jeanne Du Barry, de Maïwenn, directora y actriz famosa en Francia y
“mimada” por Cannes, donde se han mostrado varios de sus seis trabajos tras la
cámara, pero escasamente conocida fuera de sus fronteras. Sorprende ver aquí una
obra tan antigua como esta, en todos los sentidos de la palabra, desde su inspiración
ideológica hasta su propuesta estética, pasando por una interpretación dominada
por la nada atractiva pareja que forman la citada Maïwenn y Johnny Depp como el
penúltimo rey de la decadente Monarquía gala. La historia de amor entre Luis XV
y la cortesana que da título al film y que pronto sería su favorita, envuelta
en mucho “lujo y esplendor” y una incesante música grandilocuente, solo
interesa por detalles de los usos y costumbres de una estúpida y esclerotizada Corte
que quedaría felizmente barrida por la Revolución de 1789.
La elección de Jeanne
Du Barry para abrir la edición de 2023, tras una protocolaria ceremonia
inaugural que contenía la entrega de la Palma de Oro de Honor a Michael
Douglas, consuma la preferencia hacia títulos franceses nada convincentes para
esa apertura oficial que en otras épocas estuvo casi reservada al film más
reciente de Woody Allen. Tiempos felices aquellos…
(Publicado en "Turia" de Valencia, 19 de mayo de 2023).
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