Era ‘Anatomie d’une chute’ la favorita de la crítica francesa, siempre tan chovinista. Bastante menos de la internacional, aunque siempre estuvo bien situada en las calificaciones. Por mi parte, vaticiné la probabilidad de que “el sólido film de Justine Triet entre en el Palmarés final de este Cannes 2023”, pero lo decía pensando sobre todo en Sandra Hüller, su protagonista. De ahí a que este cuarto largometraje de su realizadora haya obtenido la Palma de Oro existe una distancia excesiva y que no se corresponde con la mayor entidad de otros títulos de la Sección Oficial. Pero el Jurado presidido por el triunfador del pasado año, Ruben Östlund, así lo ha decidido, otorgando por solo tercera vez esa Palma a una cineasta, y hay que respetarlo como la opinión de los nueve profesionales que lo integraban. Opiniones tan válidas como las de cualquier otro participante en esta buena edición del Festival.
Al menos, no hay disparates flagrantes en el veredicto final,
y eso es de agradecer, aunque sí haya ausencias tan notorias como las de Marco
Bellocchio y Ken Loach, cuya magnífica ‘The Old Oak’ cerró el certamen con su
cántico a la solidaridad y a la lucha en común contra cualquier forma de
xenofobia y racismo. Realmente, salvo esas excepciones, son todos los que
están, aunque con un orden que no es el que yo hubiera preferido.
Mi favorita, igual que la de buena parte de los asistentes,
era ‘The Zone of Interest’, sobre todo por lo que tiene de confrontar al
espectador con una realidad histórica tan tremenda como la del Holocausto y
hacerlo de manera tan inteligente y sutil como lleva a cabo Jonathan Glazer. Al
concederle el Gran Premio, el Jurado la ha situado en segundo lugar de sus
preferencias, optando con ‘Anatomie d’une chute’ por la crisis de una pareja de
escritores que queda de manifiesto en el juicio contra la mujer, quizá
responsable de la muerte de su marido, antes que realzar la perspectiva
innovadora sobre la barbarie del exterminio nazi que lleva a cabo ‘The Zone of
Interest’, apoyándose en la novela del fallecido en estos días Martin Amis.
Detrás de estos dos films, y del Premio a la Mejor Dirección
a Tran Anh Hung por su habilidad casi coreográfica al reflejar los exquisitos
menús de ‘La passion de Dodin Bouffant’, el Palmarés incluye de una u otra
forma a los “nombres sagrados” de Cannes. Ya sea el Premio Especial del Jurado
para la preciosa ‘Las hojas muertas’, de Aki Kaurismäki; o la inserción de
‘Monster’, de Hirokazu Kore-eda, aunque el premio es para un guion que en este
caso no es suyo, sino de Yuji Sakamoto, quien usa el llamado “método Rashomon”
para contar lo mismo desde tres puntos de vista diferentes, lo que siempre
impresiona mucho a los jurados. Mientras que ‘Las hierbas secas’, de Nuri Bilge
Ceylan, queda destacada por el trabajo de su protagonista femenina, la muy
convincente Merve Dizdar en el papel de una mujer a la que un atentado
terrorista ha segado una pierna; y ‘Perfect Days’, de Wim Wenders, mediante el
Premio al Mejor Actor para Köji Yakusho como ese hombre callado y misterioso
que limpia con acusado perfeccionismo los váteres públicos de Tokyo.
¡Hasta la 77 edición del primer Festival del mundo!
(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 28 de mayo de 2023).
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