Cannes 2015: Una inauguración nada habitual



Pasar de ‘El Gran Gatsby’ y ‘Grace de Monaco’ a ‘La tête haute’ como inauguración del Festival de Cannes, supone todo un salto importante. Aquellas fueron las películas que abrieron el certamen en los dos años anteriores; esta última, la de la 68 edición, una producción francesa media de una realizadora, Emmanuelle Bercot, con un tema “social” como el de los adolescentes problemáticos. Hasta tres conclusiones cabe extraer de tal elección. Primero, que es un signo de algo que parece marcar esta actual edición: que Cannes desea evitar el sempiterno reproche de que siempre acude a los mismos nombres en su Sección Oficial. Después, que denota la apabullante, excesiva a todas luces, “invasión francesa” de toda la programación. Y, asimismo, que es un deseo de responder a la repetida acusación de machismo que sufre el certamen, situando en el punto de salida a una cineasta y, además, poco conocida fuera de su país.

Al comienzo del guion de ‘La tête haute’ (que se traduciría como ‘Con la cabeza alta’), Emmanuelle Bercot puso esta frase para que sirviera de guía de su trabajo: “La educación es un derecho fundamental. Debe ser asegurada por la familia y si no lo hace, es la sociedad quien debe asumirla’. Acertadas palabras que la realizadora aplica a su relato, que supone todo un homenaje a jueces, educadores, monitores y demás personal que se ocupa de la infancia en diversas instituciones dedicadas a ella. Y que, en este caso, tendrán que vérselas con un adolescente muy conflictivo, Malony, cuyos brotes de violencia surgen con gran frecuencia. En especial es una juez de menores, interpretada por Catherine Deneuve, y un educador quienes siguen su trayectoria desde que tiene 6 años hasta los 18, cuando él los acaba reconociendo casi como su madre y su padre.

Hay credibilidad en las imágenes de ‘La tête haute’, hay buen pulso narrativo y unas interpretaciones adecuadas, entre las que sobresale la de Sara Forestier como la auténtica y atrabiliaria madre. Pero, en buena medida, la fuerza de la película se pierde a causa de una parte final muy blanda, forzada y demasiado fácil, con un “tufillo” un tanto propagandístico del buen funcionamiento del sistema que empaña bastante el contenido anterior. El elogioso plano final, con una toma frontal del edificio del Palacio de Justicia como fondo de un Malony muy transformado, no deja lugar a engaño en esta inauguración del Festival tan poco frecuente.

"Nuestra hermana pequeña", de Hirokazu Kore-eda

Como inusual es que haya dos títulos en el primer día de la Sección Oficial, señal de las enormes apreturas del programa para la Prensa y del hecho de que prácticamente todos los informadores ya estemos aquí. El segundo film ha sido ‘Nuestra hermana pequeña’, del japonés Hirokazu Kore-eda, y con él no hay sorpresas; es un auténtico “seguro de vida”, en un doble sentido: de que su película va a ser buena y de que tendrá ese hálito vital que siempre le ha caracterizado. Sencillez estilística para hablar de los temas fundamentales que nos afectan, calidez humana en las relaciones que muestra, cotidianeidad expresada de forma tan natural como exacta, resumen las características de su obra. Ahora centrada en tres hermanas que viven juntas y que “descubren” la existencia de esa otra hermana (nacida de una posterior relación de su padre) a la que alude el título, y a la que cuesta llamar “hermanastra” dado el tímido encanto de esta cría de quince años.


Una vez más, igual que en el anterior trabajo de Kore-eda, ‘De tal padre, tal hijo’, o de ‘Milagro’ o ‘Nadie sabe’, el tema de la familia vuelve a ser protagonista en un hermoso film que se abre y se cierra con un funeral, donde el mundo de esas cuatro hermanas da acceso a cuestiones básicas sobre la vida y la muerte, sobre las relaciones entre nosotros mismos y con nuestros progenitores. Dignísimo heredero del cine de Yasujiro Ozu, quizá algunos se sientan inermes ante la falta de espectacularidad, ante la sencillez, de ‘Nuestra hermana pequeña’, basada –como viene siendo tan frecuente– en un “comic” para adultos. Pero siempre es de agradecer que, tras esa superficie de falsa banalidad, se escondan las verdades más auténticas y definitivas. Con Kore-eda, Cannes’15 ha empezado muy bien.

(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 14 de mayo de 2015).

No hay comentarios:

Publicar un comentario