Dudo mucho de que haya un solo espectador de una película de
Ken Loach que, al salir de verla, piense que vive en el mejor de los mundos…
No, su cine no es conformista, ni cómodo, ni adocenado, nunca lo ha sido. Su
característica fundamental es precisamente la contraria, la de ponernos un
espejo ante la realidad para que veamos las cosas que no podemos o no queremos
ver por nosotros mismos. Así vuelve a hacerlo en ‘Sorry We Missed You’, su
película posterior a la que ganó Cannes en 2016, ‘Yo, Daniel Blake’, duplicando
así una Palma de Oro que había obtenido una década antes con ‘El viento que
agita la cebada’.
"Sorry We Missed You", de Ken Loach
Se refiere el título del film a la nota que suelen dejar los
repartidores cuando no se encuentra en casa el destinatario del envío. Y hace también
lógica referencia al trabajo del protagonista, Ricky, para una empresa de reparto,
pero con la que no le une ningún contrato ni consigue derecho social alguno. Es
esa figura laboral que los neoliberales suelen llamar “emprendedores autónomos”,
teóricamente jefes de sí mismos pero sometidos a un régimen de esclavitud que
no excluye ni las multas ni las sanciones. Ricky se ve obligado a aceptarlo,
después de pasar tiempo en el paro al no encontrar empleo como albañil o
pintor, sus anteriores dedicaciones. Ha de comprar una furgoneta para poder repartir,
con un horario exhaustivo, utilizando para ello el dinero de vender el coche
con que su mujer, Abby, lograba atender mejor su función de asistenta social
para una compañía privada con la que el Ayuntamiento de Newcastle, donde se
desarrolla el film, ha externalizado la labor, como no podía ser menos.
Situación que, lógicamente, repercute en la familia de Ricky y
Abby y sus dos hijos, Seb y Liza, el primero un conflictivo adolescente que
parece inspirado en el Álex de ‘Los niños salvajes’, de Patricia Ferreira: como
este, falta en el colegio cuantas veces puede para dedicarse a su vocación de
pintar grafitis por la ciudad, es expulsado temporalmente del centro educativo,
adopta una actitud en ocasiones violenta y la relación con su padre es cada vez
más nefasta, mientras su madre trata de restaurar los puentes rotos…
Loach y su habitual guionista, Paul Laverty (para quien ha escrito
nada menos que quince películas), introducen entonces una faceta que le da
personalidad propia a ‘Sorry We Missed You’. Ya no se trata solo de denunciar
una realidad social muy negativa, como tantas veces han hecho, sino de llevarla
al terreno del drama familiar que comporta, lo que enriquece ambas dimensiones
del film. Pasemos por alto algún previsible recurso de guion y la insuficiente
interpretación del actor que encarna a Seb, para recomendarles vivamente este
film potente y emotivo. Donde, señala Loach, viene a demostrarse que “mientras
la clase media habla de equilibrio entre trabajo y vida privada, la clase
obrera se ve empujada por la necesidad”.
Respecto al otro título a concurso, ‘Atlantique’, opera prima
de la franco-senegalesa Mati Diop (primera cineasta negra en Sección Oficial),
es una película tan pequeña tan pequeña que cuesta ser demasiado duro con ella.
Su propuesta de que el amor de una chica de 17 años vence a la muerte de quien
ella quiere y de que los otros ahogados en una patera rumbo a España vuelven a
estar entre nosotros, posee, así hecha, un tono “amateur” que invita a la fastidiosa
indulgencia y el paternalismo que está demostrando la crítica internacional sobre
el film. Pero que para identificar a esos muertos vivientes lleven unos falsos
ojos como los que venden a dos o tres euros en las tiendas de objetos de broma,
resulta ya demasiado, la verdad.
"Beanpole", de Kantemir Balagov
‘Atlantique’ se halla fuera de lugar en una Competición Oficial
a la que sí habría merecido acceder la rusa ‘Beanpole’ (‘La Jirafa’), de
Kantemir Balagov, sobre la muy peculiar relación entre dos mujeres en el
Leningrado posterior al infinito asedio de la II Guerra Mundial; y que cuenta
con unas actrices tan maravillosas como de nombres casi impronunciables para un
latino, Viktoria Miroshnichenko y Vasilisa Perelygina. Ha sido, sin duda, lo
mejor hasta ahora de la sección paralela Un Certain Regard.
Y le llega el turno a Almodóvar y su ‘Dolor y gloria’. Todas
las predicciones son que la recepción que va a obtener en el Festival será muy
positiva…
(Publicado en "El Norte de Castilla", 18 de mayo de 2019).
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