Un Jarmusch muy menor en la inauguración de Cannes



Hace tres años, en su edición de 2016, Cannes se rindió ante el encanto poético de ‘Paterson’, de Jim Jarmusch, aunque luego el Jurado la ignorase en su palmarés. “Jim Jarmusch logra un momento mágico en Cannes con Paterson”, titulamos entonces en estas mismas páginas de “El Norte de Castilla”. No podemos hacer lo mismo ahora, porque ‘The Dead don’t Die’, o ‘Los muertos no mueren’, la última película del realizador norteamericano que ha abierto el Festival, se halla a distancia sideral de aquel film.

Lo mejor que cabría decir de ella es que cuenta con un bonito título y que quizá solo se trate de un “divertimento” pasajero en la irregular filmografía de Jarmusch. Su intento de penetrar en el mundo de los zombies nada aporta al género como sí hacía, en cambio, cuando dejó su impronta al abordar a los vampiros contemporáneos en ‘Solo los amantes sobreviven’, de 2013. Ahora ha optado por la comedia, con ese peculiar estilo de humor tranquilo y casi pasivo que acreditó en sus comienzos, pero sin ir más lejos que unos cuantos chispazos divertidos en su avalancha de zombies surgidos de sus tumbas a raíz de un desajuste en el eje de la Tierra y que atacan a los habitantes de Centerville, una pequeña localidad imaginaria. La única manera de defenderse de ellos es decapitándolos…

Ni el propio Jarmusch se ha tomado demasiado en serio su película. Lo demuestra que, en un ejercicio de metalenguaje simplón, el personaje de Ronnie, el ayudante del “sheriff” de la localidad que interpreta Adam Driver (el inolvidable conductor de autobús de ‘Paterson’), hace bromas sobre el propio guion o la música del film, lo que parece que gusta mucho a los incondicionales del cineasta. Lo mismo que sus frecuentes referencias a otros títulos famosos –además del confesado homenaje a ‘La noche de los muertos vivientes’–, como ‘Encuentros en la tercera fase’, ‘La guerra de las galaxias’ o ‘Psicosis’, citas que son celebradas con regocijo por sus “fans”.

Dentro de la un tanto misteriosa fascinación audiovisual por el universo zombi (otro autor prestigioso, el francés Bertrand Bonello, presenta ‘Zombi Child’ en la Quincena de Realizadores y la serie ‘The Walking Dead’ ya va por su novena temporada), Jarmusch señala que los muertos vivientes “somos nosotros, como signo de que se ha quebrado el orden social”… Descolgarse, además, al final de ‘Los muertos no mueren’ con un alegato verbal contra el consumismo, pretende dar hondura a una obra recibida con mayoritaria indiferencia y que no parece la más adecuada para abrir el Festival más importante (por ahora) de los miles que se celebran por todas partes.

"The Dead don't Die", de Jim Jarmusch

Un Festival que reúne en su 72 edición nada menos que a cinco directores (seis si se toma por dos a los hermanos Dardenne) que ya han ganado la Palma de Oro: la citada pareja belga, Ken Loach, Terrence Malick, Quentin Tarantino y Abdellatif Kechiche, incluso los dos primeros en una doble ocasión. Si a ellos se unen otros nombres también de primera fila, aunque se les haya resistido la Palma pero no otros galardones de Cannes, como en los casos de Almodóvar, Bellocchio, Dolan, el coreano Bong Joon-ho o el propio Jarmusch, se comprobará que la Competición Oficial comporta un alto grado de exigencia entre los veintiún largometrajes seleccionados para ella.

Más difícil todavía lo van a tener los ocho cineastas que acceden por primera vez al máximo nivel del certamen, cuatro de ellos mujeres (Jessica Hausner, Céline Sciamma, Justine Triet y Mati Diop), curiosamente las únicas de género femenino en todo el concurso. Ellas y ellos son el rescoldo de aquella especie de renovación que se lanzó a bombo y platillo el pasado año, sin que en este, cuando se cuenta con nombres ilustres y muy habituales en la Croisette, se haya querido insistir en el tema. Promesas que se lleva el viento, aunque aquí nadie olvida que también entonces se rechazó ‘Roma’ por haberla producido Netflix y no aceptar una distribución en salas de cine previa a su paso por la plataforma. La historia es bien sabida: la obra maestra de Alfonso Cuarón, que este año viene a Cannes a presentar una versión remasterizada de ‘El resplandor’ de Kubrick, se fue a Venecia, ganó el León de Oro e inició allí una infinita carrera de premios, entre ellos varios Oscar.

Aunque de lo que de verdad se habla en Cannes es de la Palma de Oro de Honor que se entregará el domingo a Alain Delon... Mañana se lo cuento.

(Publicado en "El Norte de Castilla", 16 de mayo de 2019).

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