Una mirada machista en doce capítulos

 

Hay películas que se convierten en auténticos manuales de una forma de hacer y entender el cine. A partir de ahora, cuando se analice la manera de hacer trampas desde una pantalla, de manipulación fingida, habrá que hablar de ‘Julie (en doce capítulos)’, del noruego Joachim Trier, presentada en la Competición de Cannes. Todo aparenta ser un film en favor de la mujer del título, a la que se le concede el máximo protagonismo de la trama, se refiere a ella la voz en “off” y ocupa las dos horas de proyección de principio a fin, en esa docena de capítulos enmarcados por un prólogo y un epílogo. Pues bien, el auténtico resultado es todo lo contrario, con un personaje femenino sumamente odioso, compendio de los defectos que suelen aplicar a las mujeres los esquemas machistas más refinados y que revela hasta qué punto los fantasmas masculinos sobre la mujer siguen vigentes.

"Julie (en doce capítulos)", de Joachim Trier

Frente a una Julie que, pese a cuantos minutos consume de las imágenes, no sabemos nunca muy bien lo que piensa y por qué lo pensaría, hay en la película el típico Pigmalión, trasunto sin duda del cineasta, que le señala lo que debe experimentar y vivir desde una superioridad intelectual y moral muy fastidiosa. Bastante tiene Julie, al ir acercándose a los treinta años, pasar de un amante a otro, de un trabajo a otro, movida por unos divertidos y cambiantes sentimientos; y es que ya se sabe que con las mujeres no hay quien pueda, sobre todo si se niegan a ser madres… O se trata de una venganza personal porque a Trier le han ido muy mal sus relaciones femeninas, o resulta ya raro encontrar tal forma de reflejar los mundos de la pareja en nuestros días.

Lo hace, eso sí, con un atractivo sentido del ritmo narrativo y cierta ligereza de comedia, salvo en la parte final, cuando ya se cierra el círculo de la manipulación con el destino que busca para Aksel, el protagonista y afamado autor de cómics muy bien interpretado, lo que no obsta, por el gran actor Anders Danielsen Lie. Como también hay que reconocer la inventiva y brillantez del quinto capítulo de ‘Julie’, cuando el mundo se para literalmente para que ella vaya por las calles de Oslo al encuentro de su deseado nuevo amor. Termino de hablar de esta película proponiendo a CIMA, la asociación de mujeres cineastas de nuestro país, que lleve a cabo un seminario con ella para que, de una vez por todas, sepamos distinguir entre una mirada femenina y otra masculina al abordar determinadas realidades.

"Lingui, los lazos sagrados", de Mahamat-Saleh Haroun

De otras realidades, a menudo todavía más dolorosas, se suele nutrir igualmente el Festival. Por ejemplo, y dentro de la “cuota” que suele aplicar para las cinematografías africanas en su Sección Oficial, en especial si son francófonas, de la tremenda situación de la mujer en el Chad, con la ablación del clítoris como práctica ancestral, la prohibición legislativa y religiosa del aborto y la condena social a las madres solteras. Así lo muestra la muy estimable ‘Lingui, los lazos sagrados’, de Mahamat-Saleh Haroun, también a concurso, aunque habría sido deseable una mejor elaboración dramática y estética para tan necesaria e impactante denuncia.

Distinto tipo de denuncia, desde una dimensión histórica, ofrece la austriaca ‘La gran libertad’, presentada en la sección paralela Un Certain Regard, donde Sebastian Meise revela la tremenda situación de las personas homosexuales en Alemania hasta comienzos de la década de los 70, cuando se derogó el artículo 175 del Código Penal, que los reprimía duramente con la cárcel. Situándose desde 1945 a 1969, años en que su protagonista no cesa de estar en presidio, más que a informar de esta brutal injusticia, Meise se detiene en las relaciones que este personaje va teniendo con tres de sus compañeros de encierro. Una opción que creo que debilita la propuesta del film, pero sin desmerecerlo, porque en todo él resuena la experiencia de Hans, quien pasa directamente de un campo de concentración nazi a una celda de los ocupantes norteamericanos. Como no podía ser de otra manera, también ‘La gran libertad’ nos hace recordar, y pensar en ello, que en España existía una legislación de similar carácter represivo durante el franquismo.


(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 10 de julio de 2021).


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