Querido Goran:
Todavía recuerdo perfectamente cuando, en los últimos días de
la 40 edición de la Semana, en 1995, me reuní contigo en el Olid Meliá para
decirte que queríamos organizar al año siguiente un ciclo con toda tu
filmografía. Te sorprendiste, te emocionaste y nos auguraste un difícil
trabajo, porque el clima bélico en que vivía la exYugoslavia no iba a
facilitarnos precisamente las cosas y creías muy complicado encontrar las
copias de tus películas. Además, desde tres años antes, estabas exiliado de tu
país (a donde no volverías hasta 1998), por lo que tu ayuda para lograr esa
retrospectiva tenía que ser limitada, aunque siempre fue generosa dada la
situación. No sabíamos entonces que, solo unas horas después, el Jurado
Internacional iba a otorgarte la Espiga de Oro por ‘La otra América’, por lo
que todo ajustaba a la perfección. Curiosamente, lo mismo había sucedido con
Abbas Kiarostami: lograr la Espiga el año anterior a que se proyectase el ciclo
previsto. Era una casualidad, pero también la ratificación de que nuestras
elecciones no eran equivocadas. Y así se demostró con tu retrospectiva, que –una
vez vencidos numerosos obstáculos– fue seguida en 1996 con enorme interés
porque tu obra era, salvo ‘La otra América’, prácticamente desconocida entre
nosotros.
Desde entonces, has ganado dos veces más la Espiga de Oro:
con ‘Optimistas’ en 2006 y con ‘Lunas de miel’ en 2009, por lo que te has
convertido nada menos que en el único cineasta que la ha logrado en tres
ocasiones. Valladolid es “tu Festival”, donde encuentras una acogida especial,
ese calor distinto que se nota al estar entre amigos. A ello ha contribuido
también el respaldo que siempre has tenido por parte de José María y Miguel
Morales, dirigentes de Wanda Visión, que no solo han distribuido tus películas
en España sino que también han coproducido los más recientes de los dieciséis
largometrajes que conforman tu filmografía.
Una filmografía que, cuando publicamos el libro que sobre
ella escribió para la Semana el crítico norteamericano Ron Holloway (y que
luego diversos Festivales han reeditado), caracterizamos en el título como “La
tragicomedia humana”. Porque en la fusión de esos elementos de tragedia y de
comedia se halla una de las raíces fundamentales de tu obra, como de tantos
otros exponentes de la cultura de tu país, unida a un cuestionamiento incesante
de quiénes somos y dónde estamos en cada ocasión, como haciendo realidad el
proverbio latino de que “nada de lo
humano me es ajeno”. Si a ello se suma un estilo donde el clasicismo del
lenguaje se tiñe a menudo de barroquismo balcánico, con un sustrato siempre
emotivo y pasional, obtendremos una descripción bastante certera de tu cine.
Regresas ahora a Valladolid con ‘Al nacer el día’ (donde
vuelves a colaborar con uno de tus guionistas habituales, Filip David), una
bella película donde el tema predominante es el de la memoria, el del
reencuentro con un terrible pasado y la necesidad de asumirlo, por sorprendente
que sea, para conocer y completar la vida de cada persona. No avanzaré más,
pero estoy convencido de que el excelente público vallisoletano sabrá apreciarla
y que, de nuevo, te sentirás como en casa. Lamentablemente, no podré estar
contigo en la presentación de ‘Al nacer el día’ en la Semana. Por eso, a través
de EL NORTE DE CASTILLA, te envío esta carta abierta, al tiempo que mi deseo de
que con ella logres la candidatura a los Oscar, para los que estás seleccionado
por Serbia. Con un abrazo, que te ruego hagas extensivo a tu mujer, Christine,
Fernando Lara
Publicado en "El Norte de Castilla" de Valladolid
Octubre 2012
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