El Elvis real era mejor

 

"Elvis", de Baz Luhrmann

Había interés en ver cómo el sobrevalorado cineasta Baz Luhrmann se acercaba a la figura de Elvis Presley en una película biográfica sobre él (lo que suele ahora denominarse “biopic”, como si el castellano no fuese lo suficientemente rico) y de gran producción. El resultado es bastante más positivo de lo que cabía esperar, dada la tendencia del realizador australiano hacia el efectismo y la fugacidad de sus planos, tan cercanos al “videoclip”. Pero Elvis, presentada fuera de concurso, parte de un acierto fundamental de guion: la trayectoria del cantante viene dada a través de quien fuera su peculiar “manager”, el llamado Coronel Parker, personaje que se beneficia de una magnífica interpretación del gran Tom Hanks, en lo que constituye la baza más potente del film.

De todas formas, el Elvis Presley de la realidad era un artista infinitamente más valioso. Lo demuestran las imágenes de cierre, cuando la ficción deja paso a la realidad y asistimos a su impresionante actuación en el que sería su último concierto en el Hotel Internacional de Las Vegas, donde actuó en sus temporadas finales, sentado al piano, sudoroso y con muchos kilos de más. Ya visto en otras ocasiones, este emocionante fragmento adquiere aquí una dimensión privilegiada en contraste con lo reconstruido a lo largo de dos horas y media. Pero no porque ello sea deficiente, que no lo es en buena parte, sino porque lo real acaba imponiéndose siempre a lo ficticio, algo de lo que este Elvis supone un claro ejemplo.

Lo sabe perfectamente el maestro del documental de montaje, el cineasta ucraniano de origen bielorruso Sergei Loznitsa. Como lograse con El proceso, Funeral de Estado o Babi Yar. Contexto, ofrece en The Natural History of Destruction otra pieza magistral de cómo reunir y mostrar un amplísimo material de archivo. Se refiere en este caso a la destrucción de diversas ciudades alemanas por la aviación aliada en los estertores de II Guerra Mundial, donde subyace la cuestión fundamental de los crímenes de guerra, de la aniquilación de personas y bienes como método de amedrentamiento a la población civil. Es decir, lo que lleva planteándose en Ucrania desde que la despiadada invasión rusa se cebase sobre sus habitantes.

"The Natural History of Destruction", de Sergei Loznitsa

Dividido en varias partes, The Natural History of Destruction comienza con apacibles imágenes de la Alemania de los años 30 en la que, poco a poco, empiezan a surgir símbolos y uniformes nazis. Asistimos después a la fabricación de aviones bélicos de ambos bandos, que se enfrentarán posteriormente, pero dando protagonismo a las miles de bombas arrojadas sobre las poblaciones germanas, sobre todo en noches apocalípticas. Para terminar con un muy impresionante recorrido por las consecuencias de esos bombardeos, entre edificios destrozados, toneladas y toneladas de escombros y centenares de personas que huyen de la destrucción. Sin voz en “off” alguna, solo con la fuerza de ese material de archivo, se llega a una obra imprescindible por su fuerza testimonial. Esperamos que la Semana de Valladolid la incluya en su sección “Tiempo de Historia”, dentro de la que Sergei Loznitsa bien merecería un homenaje, sin que para ello deba constituir un impedimento el ciclo que le dedicó recientemente en Madrid Filmoteca Española.

Una conclusión: cuando la 75 edición de Cannes se acerca a su final, puede establecerse, creo que por unanimidad, que Stars at Noon, de la francesa Claire Denis, es con diferencia la peor película de toda su Sección Oficial.


(Publicado en "El Norte de Castilla", de Valladolid, 27 de mayo de 2022).


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